Cada vez somos más y más personas las que nos consideramos como feministas, en detrimento del sistema patriarcal que sigue intentando frenar la lucha de millones de mujeres que seguimos luchando por nuestros derechos. Pero, ¿qué favor nos hace el hecho de que ciertos personajes mediáticos como Ylenia se autoproclamen como nuevos iconos feministas?

¿Quién es Ylenia y qué es el feminismo?

Ylenia es ya un personaje televisivo y ampliamente conocida por la sociedad española debido a su participación en programas como "Gandía Shore" o "Mujeres y Hombres y Viceversa".

Este último tiene como objetivo que diversos jóvenes encuentren su amor ideal, aunque para ello una de las claves sea la necesidad de mostrar un físico envidiable. De ahí la participación en el mismo de personajes como Ylenia o del famoso Rafa Mora.

El feminismo busca la igualdad entre hombres y mujeres y por lo tanto, lucha en contra de la cosificación de la mujer en cualquier ámbito de la vida cotidiana. Entonces, si Ylenia ha sido capaz de participar en un programa en el que continuamente se objetiviza a la mujer, ¿no sería contradictorio el hecho de considerar a Ylenia como feminista?

El aluvión de críticas contra Ylenia únicamente están poniendo de manifiesto unos límites dentro del movimiento feminista que, quizás, no deberían existir.

¿Quién decide quién puede ser feminista y quién no? Personalmente, me he ido formando como feminista: una persona no nace con las lecciones aprendidas y menos aun cuando existe un sistema patriarcal cuyo objetivo es invisibilizar las desigualdades e injusticias más cotidianas, buscando su normalización.

Los beneficios de la contradicción

En mi humilde opinión, creo que cuantas más seamos en nuestra lucha, mayores serán los logros que podremos lograr. No todas podemos llegar al mismo público. En mi opinión, la participación en el movimiento feminista de personajes televisivos como Ylenia, no nos hace daño como feministas. De hecho, creo que nos refuerza, al poder llegar a un público joven y dinámico que a lo mejor, con las vías tradicionales, nunca le habría puesto buena cara a la lucha feminista por considerarla como algo ajeno a sus realidades más cotidianas.

De poco sirve dar discursos sobre la importancia de reciclar en un entorno en el que ya conocen los peligros de no hacerlo. Lo relevante es llegar un nuevo público, a un público que probablemente, lo único que haya escuchado hablar hasta ahora sobre feminismo sean comentarios que incluyan las palabras "feminazi", "amargada" y "radical" en la misma frase. Ahora más que nunca, la sororidad debe ser nuestra mayor aliada.