Y es con esta cita con la que Juan Manuel de Prada, crítico literario y articulista español, defiende el Latín como lengua madre y aún vivaz.

Como bien explica el escritor en el artículo "El latín y los muertos", esta lengua es la base de nuestro ser, esencia y materia prima por la que hoy podemos no sólo nombrar a la cosas por lo que son, sino comunicarnos. A partir de la maravilla de su léxico, gramática y sintaxis, el ser humano ha podido conformar la lengua de la que hoy día hacemos uso.

Por los textos conservados de los majestuosos autores que aprendieron con gusto la lengua, hemos comprobado el modo de empleo del latín en las diferentes épocas.

Un amplio abanico de posibilidades, donde los autores de los textos se explayaban, con todo su fervor, contando su pasión interior o los acontecimientos históricos. Y quién les iba a decir que centenares de años posteriores se iban a convertir en verdaderos referentes mundiales para el mundo de la literatura.

Y es por todo ello por lo que aún no entiendo que haya gente, como bien dice de Prada, "en el colmo del idiotismo", que piense que el latín es una lengua muerta. ¿Por qué? Si solo con pronunciar esa frase ya están haciendo uso de la lengua, variada y a veces transformada por los fenómenos léxicos que se han producido con el cesar de los años (como cultismos y términos patrimoniales).

Estos individuos no saben, o simplemente no quieren apreciar la belleza de las etimologías, la evolución de la raíz hasta las ramas más altas de su idioma.

Y no son conscientes de lo que pierden.

Por este desinterés de su antepasado cultural, nunca llegarán a entender qué son hoy, aunque se declaren vanguardistas e innovadores, llenos de una luz nueva que alumbrará el mundo en su máxima alienación; para serlo deben conocer la esencia que los compone "Ab initio" (desde el principio), de lo contrario, no conocerán nunca su verdadero ser.

Para ello, no es necesario ser un amante nato de la rama de las Humanidades, no hace falta ser un ratón de biblioteca, engullendo Libros como si no hubiera un mañana. Basta con pararse a pensar en cómo puede una serie de morfemas unidos, ser nuestro medio de expresión frente al mundo.

Para mí, la belleza no solo está expuesta en los cuerpos.

Esta la belleza que apasiona.

Solo espero que aquellos que lean esto, hagan una pequeña reflexión de todo lo leído. Y es por ello por lo que hoy día puedo decir que estoy orgullosa de poder aprender mis raíces, las predecesoras de todo lo que hoy conocemos, madre plurilingüe, el latín.