La antesala
No hace mucho que pasó el esperado, para unos, uno de octubre, y desafortunadamente para otros. La declaración unilateral de independencia no ha sucedido todavía, se supone que sería declarada pasadas 48 horas desde el referéndum.
Hoy es seis de octubre y por primera vez ya no se habla de una declaración unilateral, si no más bien de cuándo ponerle fecha, aunque parece que nadie esta por la labor. Esto debe de suceder por la madre de la mayoría de los problemas, la pasta, el taco, el fajo, el parné, la guita, los billetes, a fin de cuentas la economía.
Hay que darse cuenta que el PIB catalán creció en el 2015 un 3,3 %, con un valor aproximado de 204.666 millones de euros, PIB superior a otras comunidades punteras españolas. Manteniéndose como la primera potencia económica de España, dentro de las comunidades autónomas, representando el 18,9 % de la economía nacional, incluyendo, según directivas europeas, la prostitución y el tráfico de drogas, que según estos, ambas cosas también enriquecen a un país.
A 30 de marzo del presente año se comunicaba oficialmente que Cataluña recupera la condición económica anterior a la crisis económica, todo esto con los datos económicos del año 2016. A fin de cuentas la economía catalana va viento en popa.
Pero la cosa no queda ahí.
Cataluña vende su 80 %, España en un 40 % y EU a otro 40 %, quedándose para si con el 20 %, es evidente. Viendo la jugada, Cataluña renta sus ventas fuera de su terreno en un 80 %. Así que son en el 80 % dependientes de la economía exterior.
Bien, estos son datos reales extraídos del INE, algo real en lo que cuenta al manejo de datos.
¿Pero esta realidad no sería igual en una Cataluña Independiente?
Los acontecimientos de estos últimos días, ayer y anteayer, lo deja ver, y al parecer la utópica independencia acaba de chocar con la realidad. Y es que una Cataluña independiente quedaría fuera de la UE, por lo que desde un principio perdería aproximadamente un 20 % de su PIB.
Las exportaciones quedarían mermadas. Al quedar fuera de la UE, los bancos no podrían refinanciarse, lo que ocasiona lo que está pasando, que están trasladando su sede a otras comunidades autónomas, por qué la fuga de depósitos en las dos principales entidades catalanas han hecho un atisbo de realidad, y por consiguiente han caído en bolsa, lo que ha lastrado también al IBEX 35. Tendrían también que decir adiós a los fondos estructurales que suman aproximadamente desde el año 2.014 al año 2.020 unos 1.400 millones de euros.
Pensionistas
La seguridad social catalana quedaría en déficit como mínimo hasta el año 2.022. Siendo la cifra de unos 5.506 millones de euros. La prestación media de un pensionista es de 958 euros, quedando esta reducida en una hipotética independencia.
El desastre
Los objetivos de la deuda y el déficit no se cumplirían, poniendo a la prima de riesgo por las nubes, unos seiscientos cincuenta puntos. El 16 % de la ocupación catalana quedaría destruida (447.000 empleos), con una tasa de paro superior al 34 %. Teniendo en cuenta que Cataluña perdió en el segundo semestre del año 78 empresas, a las que habría que sumar otras tantas, Caixabank, Banco Sabadell, Mapfre, Catalana Occidente. Quedando en el aire SEAT, Nissan, etc. Por lo que Cataluña se sitúa a la cabeza de las comunidades españolas en lo que se refiere a la destrucción de empresas.
Pera estas al quedar Cataluña fuera de la UE, se deberían pagar para las mercancías sobrecostes por aranceles a las exportaciones y al comercio, por lo que serian menos competitivas.
¿Y el Turismo?
Unos de los pronósticos que auguraban ante una independencia catalana era un descenso de la tasa de turismo. Este descenso no ha esperado a una Cataluña independiente, produciendo desde el 1 de octubre hasta hoy un frenazo en seco. Compañías como América AIR Lines, ya aconsejan no viajar a Cataluña, varios cruceros con parada en el puerto de Barcelona han sido desviados por sus compañías al puerto de Valencia, los agentes de viajes ya notan el descenso de turismo por la falta de estabilidad.
A modo informativo, una señora que regenta una cafetería próxima a la Sagrada Familia, de la que es heredera familiar, ha manifestado a los medios de comunicación que su cafetería siempre ha estado, si no llena, casi llena.
Pero no tan vacía como desde que se ha efectuado el referéndum el 1 de octubre.
Bueno, todo lo dicho es sin contar con que el nuevo estado catalán, una vez declarada la independencia tendría que hacerse cargo de pagar las partidas presupuestarias, que serían nuevas, a las que tendría que hacer frente con una ingente cantidad de dinero.
Uno de sus consejeros de economía manifestó antes del referéndum, creo que pillado, que contaban con un fondo de ahorro de unos 50,000 millones de euros. Con esto solo podrían hacer frente durante aproximadamente de 6 a 9 meses. Lo que no se sabía es que en Andorra puede que cuenten con otros 30,000 millones, estos quedaran al descubierto el próximo año por el tema del coto europeo a los paraísos fiscales.
Estos 30,000 millones posiblemente sean por actuaciones u omisiones ilícitas con dinero publico, por lo que serian intervenidos.
Así que la quiebra da la República Catalana seria a no más tardar a 9 meses de haber comenzado. Y es que como dice el refrán... La realidad siempre supera a la ficción.
Ya era hora de que algo les hiciera bajar a tocar el suelo.