Cuando dos personas se conocen, se atraen, se enamoran y toman por sentado que la relación va a funcionar bien para siempre, pero no todas las Parejas tienen la suerte de desarrollarse y ser felices y una de las razones para fracasar en una relación es cuando una de ellas ama más a la otra.
Cuando uno de los integrantes del noviazgo o el matrimonio pone más de sí para que la pareja esté bien y la relación funcione, se crea una situación de desigualdad que afecta más temprano que tarde, ya que la persona que más ama, al no sentir la reciprocidad en sus sentimientos se va desmoralizando y entristeciendo con el paso el tiempo.
Hay muchos motivos para que uno de los miembros de la pareja ame más que otro, entre ellos está el tipo de hogar en el cual han vivido, el amor que recibió de sus padres o personas cercanas y en el caso de quienes son divorciadas o han fracasado en el pasado, la buena o mala experiencia que han tenido.
No todas las parejas en Latinoamérica llevan una relación equilibrada y estable cuando uno ama más que el otro, pero ¿Es bueno ser quien ama más?
Tal vez si, tal vez no; quien ama más en algún momento se puede sentir usado por la otra persona, pero a la vez nunca sentirá culpa por no haber dado todo de sí por el amor y la relación; mientras que quien menos ama se conforma con poco y da poco, cuando se acaba la relación pierde mucho y no tiene derecho a reclamar, porque sería muy tarde ya.
Las relaciones de pareja no son fáciles, a veces se tornan muy pesadas y más cuando uno ama más que el otro porque es como ir en contra de la corriente y no remar hacia al mismo lugar. En el amor lo ideal es dar de lado y lado y no pensar que uno merece más que el otro.
Hay personas a quienes se les ha hecho creer que el matrimonio o las relaciones amorosas deben durar toda la vida y muchas veces se mantienen en un círculo vicioso o amando más que su pareja, por esta tonta creencia del pasado, pero no es sano ser el sacrificado, el que da más, el que aguanta la indiferencia; la reciprocidad es muy importante y para que la relación fructifiqué y sea duradera es imprescindible que ambos sean totalmente sinceros y aporten por igual.
Los detalles, el esfuerzo, los sacrificios que se hagan dentro de una relación amorosa debe darse de igual manera entre cada uno de los integrantes de la pareja para que sea estable, duradera y real, caso contrario es sólo un disfraz de relación donde sólo uno es el responsable absoluto de todo lo bueno o lo malo que allí suceda.