Considerado como una de las figuras más influyentes del siglo XIX, Karl Marx sigue siendo denostado por sus detractores y alabado por sus seguidores. Parece entendible que una persona tan relevante en la historia moderna provoque una disparidad de opiniones tan distinta.
Es por ello que el libro "Karl Marx" trata de manera objetiva sobre la vida del legendario filósofo y periodista. Precisamente, en el prólogo, Francis Wheen hace una reflexión que, por simplista que parezca, es una buena manera de resumir sus más de 400 páginas que le siguen. "Muchos olvidan que fue un ser humano", afirma el escritor británico, ante la continua demonización por parte de Occidente y del trato divino recibido por los países comunistas.
También le define como "un soñador que piensa, un pensador que sueña", y ya en su época fue muy criticado a nivel global. De hecho, tuvo que irse de Alemania, Francia y Bélgica por sus ideales revolucionarios plasmados en varios periódicos, entre ellos el famoso Rheinische Zeitung.
Las revoluciones en Europa que cambiaron el modo de ver el mundo
A partir de 1848, comenzaron las insurrecciones en diferentes países europeos contra el orden establecido. De esta manera, la revolución francesa tuvo claras repercusiones en el panorama político y social, ya que el movimiento se extendió a través del continente.
Caracterizadas por ser las primeras muestras organizadas del movimiento obrero tan continuamente pregonado por Karl Marx y su teoría del materialismo histórico, el filósofo alemán publicó el Manifiesto Comunista y emigró poco después a Londres.
Años más tarde, y tras haber estado prácticamente recluido durante una década en las salas de lecturas del British Museum, se involucró en la Asociación Internacional de Trabajadores en 1864, donde terminó siendo elegido como líder del Consejo General.
El Reino Unido y la publicación del 'Capital'
Karl Marx optó por vivir en Londres, que ya en aquella época era un lugar integrado por gentes procedente de diversos países que trabajan e impulsaban la economía en la ciudad.
Charles Dickens hablaba de la suciedad y la contaminación que envolvía la zona de Holborn durante el Londres victoriano. No viviendo muy lejos de allí, concretamente en el área del Soho, Karl Marx escribía para diferentes periódicos mientras comenzó a crear su obra más relevante: "Capital".
Por otro lado, tenía que subsistir gracias a las generosas donaciones de su amigo íntimo, Friedrich Engels, quien se resignó a trabajar en Manchester en un empleo que detestaba con tal de ayudar a Karl Marx a sobrevivir en la capital británica.
Posteriormente coincidieron en Londres, y Engels tenía la sensación de que todo era por el bien de la revolución, implementada por aquel hombre que vivió en Kentish Town y pasaba los domingos con sus familiares correteando por Hampstead Heath.