Real Madrid y Atlético de Madrid, dos equipos que ni ganaron la Liga ni la Copa del Rey durante la pasada temporada, se clasificaron para la final tras vencer al Valencia y al FC Barcelona, respectivamente.

De esta manera, los dos equipos de la capital se enfrentaban en una final por sexta vez desde 2013, una muestra de que ambos han demostrado un alto nivel de consistencia en los últimos años.

Al igual que en las finales de Champions League de 2014 y 2016, el Real Madrid salió vencedor del duelo frente a sus rivales. Curiosamente, el resultado en los penaltis fue idéntico al de la primera final de Copa de Europa, 4-1, mientras que el paralelismo se asemeja a la conclusión de 2016, cuando también los penaltis fueron necesarios para dilucidar al campeón.

Solidez defensiva y falta de gol

Teniendo en cuenta que Real Madrid y Atlético de Madrid son los dos equipos menos goleados de la liga española, no debería extrañar que el encuentro decisivo de la Supercopa terminase en empate a cero. Además, la falta de jugadores como Diego Costa, Benzema, Bale o Hazard lastró sobremanera a ambos equipos de cara a la portería contraria.

No obstante, ambos conjuntos se mostraron férreos durante los 120 minutos de partido, y hasta los minutos finales, los porteros no tuvieron que intervenir demasiado. En los últimos instantes, Courtois tuvo que salvar a su equipo un par de veces para llevar el encuentro a los penaltis, donde el belga detuvo el lanzamiento de Thomas.

Por otra parte, Oblak fue incapaz de salvar los lanzamientos de Carvajal, Rodrigo y Modric, mientras que por el Atlético de Madrid solo Trippier batió al portero belga. Así, Sergio Ramos tuvo la responsabilidad de dar el título a su equipo con el último lanzamiento, y el capitán madridista no falló y ganó otro título para el conjunto blanco.

Zidane, el talismán de los blancos

Los datos muestran que el técnico francés gana un título por cada 19 partidos disputados como técnico del Real Madrid. Además, ha dirigido al conjunto español en nueve finales, y siempre ha obtenido la victoria.

Principalmente, sus torneos clave fueron las tres Copas de Europa logradas de manera consecutiva.

Aunque él siempre ha dado más importancia a la Liga, que ganó en 2017, y este año está en disposición de repetir aquella hazaña. Para ello, el técnico francés está volviendo al sistema 4-4-2 que ya usó en las finales de 2017 y 2018.

Solamente necesita recuperar al mejor Hazard para convertirse en un sólido candidato para triunfar en Europa. Porque habiendo consolidado a Casemiro y Valverde en el centro del campo, el Real Madrid está siendo un equipo excelente a nivel defensivo. Quizá le falte el gol que únicamente le aporta Benzema. Por ello, Zidane confía en el belga y en que Bale vuelva a brillar en los momentos decisivos.