Dos cartas redactadas con puño y letra de Santa Teresa de Jesús fueron recuperadas en la ciudad de Valladolid, por la Guardia Civil junto a otras 19 obras de arte, entre las que se encontraban cinco obras del Arzobispado, las cuales se presumían en paradero desconocido desde el año 2005.
El hecho ocurrió en el marco de la operación Camarín, que dio inicio en marzo de 2018, a raíz del descubrimiento de una compraventa de pintura en la ciudad de Madrid. Ambas cartas fueron recuperadas con la ayuda de agentes del Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona), por medio de las acciones para recuperar el Patrimonio Histórico y Arqueológico en la ciudad de Valladolid.
Tras la recuperación del Patrimonio Histórico
Según la investigación, el principal implicado en la trata y venta de estas piezas sería un anticuario de la ciudad, quien se encargó de evaluar y comercializar la obra, que, según se descubrió, pertenece a una colección de 174 piezas, procedentes de la orden de las Carmelitas Descalzas. Esta información fue difundida por los funcionarios de la Guardia Civil, encargados de la investigación.
En la misma pesquisa se dio a conocer que otras siete obras, pertenecientes a esta misma colección, se vendieron de manera ilícita, y que parte de ellas se encontraban ocultas bajo un fichaje distinto en los archivos policiales. Todas las obras recuperadas se encuentran en el Museo de Medina de Rioseco, lugar donde se encuentran la mayor parte de las piezas de la colección, incluyendo las cartas de Santa Teresa.
Al titular del anticuario y al propietario de la casa de subastas, según se dio a conocer en la información oficial, se les imputaron los delitos de estafa, recepción y venta ilícita de obras pertenecientes al Patrimonio Histórico.
Jerónimo Gracián, destinatario de una de las cartas
Jerónimo Gracián Dantisco, escritor y clérigo español, es uno de los destinatarios de las dos cartas, firmadas por la santa española.
En ella, Teresa solicita su ayuda para renovar la iglesia. Gracián, además de monje, fue también discípulo de Santa Teresa de Jesús, y posteriormente su director espiritual, a quien la mística española realizó un voto de obediencia. Aunque no existe confirmación histórica, la tradición popular ha relacionado a Santa Teresa de Jesús y Jerónimo Gracián sentimentalmente, como afirma la obra del escritor español Fernando Delgado, Sus ojos en mí.