Se acerca un aniversario más de la peor tragedia militar chilena en tiempos de paz: la Tragedia de Alpatacal, ocurrida en la madrugada del 7 de julio de 1927 en la provincia argentina de Mendoza cuando un tren que transportaba cadetes chilenos hacia Buenos Aires colisionó con otro que estaba estacionado esperando la señal de partida. Doce de los cadetes fueron despertados por la muerte.

Rescate de la memoria

El director y documentalista argentino Bastian St. Claire, nació el 29 de septiembre de 1976, es decir, casi medio siglo después de este fatídico día.

Sin embargo, desde muy joven se identificó de manera especial con ese acontecimiento. Este interés hizo que atesorara fotos y datos que resultaron ser inéditas para el doctor en derecho Luis Valentín Ferrada al momento de escribir un libro titulado Alpatacal, historia y legado y que actualmente se utiliza como material didáctico en la Escuela Militar de Chile.

En su afán de no permitir que se pierda la memoria de este acontecimiento de carácter militar e internacional, St Claire ha realizado dos documentales en los que retoma los hechos como para que no caigan en terreno del olvido.

En el libro, el autor Valentín Ferrada incluye también una narración imaginaria que hiciera Bastian St. Claire, descrita con tanta vehemencia que parece haber sido testigo presencial del luctuoso suceso que nunca se olvidará.

Otros homenajes

En Argentina existe un club de fútbol llamado "Cadetes de Chile", mismo nombre con el que se reemplazó el antiguo nombre de la estación ferroviaria conocida hasta entonces como estación de Alpacatal. No obstante, este director y cineasta argentino logró ganarse una medalla otorgada por el alto mando del ejército chileno por el documental "Caballos en llamas", noticia que no trascendió en Argentina, ni siquiera de forma local.

Según cuenta Bastian St. Claire en su página de Facebook, el sitio está totalmente abandonado por las autoridades (e inclusive por los pobladores) del alejado paraje, peor aún, la estatua que se erigió en honor a estos jóvenes fallecidos mientras dormían fue vandalizada y desaparecida. Aunque se ha hablado de reponer otro monumento en su lugar, eso parece cada vez más incierto.

Esta es la razón por la que puede ser buena idea dar a conocer a este intelectual que no desiste en el empeño de que se mantenga viva la memoria de una tragedia que enlutó (pero al mismo tiempo unió) dos países de la región Latinoamericana.