Todo empieza con un suspiro profundo, desesperanzado, mientras una carita inquieta, los hombros caídos y los pies inquietos provocan una imagen lastimera de aburrimiento.

Y es que el aburrimiento es uno de los grandes males de esta época, a pesar de las infinitas actividades disponibles para entretener a los niños, y son los padres que ansiosos de hacer lo que sea para que sus hijos mantengan la alegría, los que ante esta imagen caen en el pánico de no saber qué hacer y se obsesionan, y sienten en ocasiones que el niño los está juzgando por tenerles alguna actividad planificada.

No es una enfermedad

Y es que a pesar de los esfuerzos que hacen muchos padres por buscar actividades que entretengan a sus hijos, la mayor parte del tiempo ellos se quejan, independientemente de lo que hagan o dejen de hacer. Pero el aburrimiento no es una enfermedad grave a la que hay que buscar cura rápidamente, ni tampoco es algo novedoso.

Parte de esto se deba quizá al hecho de que desde hace algún tiempo se viene transmitiendo el mensaje de la estimulación infantil, y algunos padres se vuelven obsesivos buscando actividades para que sean exitosos y activos. Aunque la intención sea noble , nosotros como padres no podemos resolverles la vida todo el tiempo, y eso incluye entre otras cosas el entretenimiento.

¿Cómo romper el ciclo?

Si el niño ha crecido acostumbrado a que los adultos le resuelvan incluso sus necesidades de entretenimiento, hay algunas recomendaciones de los expertos para romper este círculo. Ante todo no sentirse culpable, no existe nada malo en decir que no o poner límites, eso no causa daño por el contrario ayuda a crear hábitos disciplina y normas.

De igual manera hay que ser consistentes y saber tolerar las frustraciones y no ceder ante las presiones del niño, bien sea por cansancio o comodidad. Enseñarles que en todo hay una oportunidad de diversión y enseñarle que no siempre se puede hacer lo que uno quiere.

Por supuesto que para lograr esto es importante recordarles quien mantiene el control, ya que a veces “el aburrimiento” es usado como una estrategia de manipulación.

Para esto es importante transmitirles el mensaje, de que lo merecen todo, pero nosotros también y y por tanto tenemos interés propios que satisfacer, tan valiosos como los suyos.

Salirse de la rutina, usar la imaginación y estimular a nuestros hijos para que desarrollen su creatividad y se diviertan hasta aprendiendo o ayudando en las labores de la casa, puede ser muy útil.