Los bosques están asociados a la vida y a la muerte, son un símbolo atávico que ha acompañado siempre a la humanidad. La fantasía y el miedo, la libertad y la soledad, lo común y lo individual…El bosque es un símbolo del inconsciente colectivo lo que lo convierte en atemporal y transcultural, en un espacio acogedor y a la par aterrador.

Del 20 al 28 de abril, en el Museo Würth de La Rioja podemos ver la exposición 'La llamada del bosque. Árboles y madera en pintura y escultura de la Colección Würth'. Consta de unas 100 obras de 58 artistas que abarcan la visión artística de los bosques del siglo XIX al XXI.

Una exposición dividida en dos partes

La exposición consta de dos partes, en una se explora la mitología del bosque, la fascinación que nos produce como lugar mágico, donde todo puede suceder, un territorio de libertad (por ejemplo para los expresionistas) o un espacio domesticado.

La otra parte trata de las obras que miran el bosque desde el punto de vista conservacionista, como un espacio a proteger más allá de su explotación económica.

Así las obras de los diferentes autores nos recuerdan nuestra conexión ancestral con el bosque, su llamada atávica que nos invita a encontrarnos con nosotros mismos y quizás por eso también nuestra necesidad de protegerlo.

Los árboles son salud y la deforestación nos habla de la enfermedad humana.

Obras de artistas como Horst Antes, Armando, Georg Baselitz, Alfred Sisley, Christo and Jeanne-Claude, Lovis Corinth etc. lograrán hacernos reconectar con la naturaleza y nuestro yo más profundo.