Cada 21 de marzo entra la primavera y se celebra a San Benito en muchos lugares. En la diócesis de Ourense hay varios centros que atraen la atención de los fieles. Algunos son fuente de noticia en los telediarios y la prensa. Otros son muy valorados popularmente, pero no suelen tener espacio en las noticias del día. Uno de ellos es san Benito do Rabiño.

Una fiesta popular a pesar de la reforma del calendario

El 21 de marzo ya no está reconocido, a nivel general, como fiesta de san Benito. Consultada la epacta, el calendario litúrgico católico, veremos que reduce su ámbito a los propios monjes benedictinos.

Pero ya no a nivel parroquial.

Fue fiesta, sí, antes de la reforma del Concilio Vaticano II. Hoy se celebra el 11 de julio, recordando la traslación de sus restos. La del 21 de marzo era la fecha de su muerte.

A nivel popular se viven las dos fiestas, debido a la influencia secular de los monjes o al patronazgo del santo abad en la parroquia. La gente diferencia ambas festividades denominándolas “san Benito del invierno” o “del verano”.

Muchos fieles no saben que solo la del verano forma parte del actual calendario católico y celebran las dos. Suele ser un día de fiesta, precedido por novena, con varias Misas a lo largo de la mañana y con remate a mediodía con Misa solemne y procesión de la imagen del santo.

San Benito do Rabiño

Esta pequeña parroquia ourensana atrae desde hace muchos años a cientos de fieles. Algunos llegan andando, otros en coche o autobús. Los orígenes son variados: desde los pueblos limítrofes hasta devotos de otras provincias. Incluso hubo quien vino desde Madrid.

Es curioso que su fiesta coincida con el inicio de primavera y la gente siga diciendo “San Benito del invierno”.

Las celebraciones religiosas marcan la tónica del día, complementadas con las comidas y reuniones familiares.

A lo largo de nueve días se desarrolla la novena, dos veces al día, de modo que los asistentes celebren Misa, recen al salto y conozcan detalles imitables de su vida. También tienen oportunidad de confesarse y ofrecer algún exvoto al santo, además de llevarse a casa el “aceite de san Benito”.

Prácticas propias de esta fiesta

La primera es la de rezar la novena y participar en Misa, como pasa en otros templos. La segunda es dirigirse al santo personalmente. Aquí encontramos gente que viene a pedir, sobre todo, por familiares y por problemas y enfermedades de la piel. Se tiene al santo por especial abogado de estas lides.

También se viene a dar gracias. Una forma es dando una limosna o comprando un exvoto. Realizado en cera, representa cuerpos enteros o partes, reflejando el miembro sanado tras la oración.

También se puede ofrecer o llevar el aceite del santo. Hace años, el aceite servía para ir quemando velas del tipo “mariposa”. Hoy se lleva para frotar la parte del cuerpo enferma.

Este año cobra importancia la penitencia y la oración, debido a que aún estamos en Cuaresma.