La búsqueda de la Atlántida es un fenómeno cultural que ha fascinado al ser humano desde los orígenes del mito, originando innumerables relatos e Historias. El continente perdido en medio del océano del cual surgieron los mayores avances tecnológicos y sociales de la civilización humana ha constituido una obsesión en la mente de innumerables investigadores a lo largo de los tiempos y ha protagonizado las más grandiosas, y en ocasiones estrambóticas búsquedas que la comunidad científica, y en su conjunto la sociedad occidental ha conocido jamás.

Aureola de prestigio y grandeza

Fue en las ultimas décadas del sigo XIX cuando el intenso nacionalismo imperante en las potencias europeas de aquellos tiempos impulsó a científicos y eruditos de toda índole a buscar las posibles raíces del mito atlante y tratar de llevar esas bases científicas a engrosar el prestigio de su nación. Fue especialmente en Austria – Hungría y en Prusia (después Alemania) donde más filósofos y teóricos basaron sus esfuerzos en la búsqueda del continente hundido.

Llegados ya al siglo XX, el auge del NSDAP (partido nazi) y la firme creencia del Reichsführer Heinrich Himmler en la existencia de una civilización de corte ario como origen del mito atlante, motivó una serie de búsquedas en el norte de Europa e Islandia en las cuales se intentaba demostrar la supremacía de la raza aria sobre todas las demás, ya que esta raza era la descendiente de los atlantes.

Los nazis lideran la búsqueda

Las sociedades secretas Última Thule y la Ahnenerbe eran las encargadas de realizar y supervisar esas expediciones. En 1935 Herman Wirth era el presidente de la Ahnenerbe, pero antes de profundizar en las expediciones y los objetos que encontraron, detengámonos un poco en realizar un rápido perfil de este personaje.

Apasionado de la Parapsicología, Wirth había fundado en 1928 la Sociedad Herman Wirth y había escrito un libro, La Aurora de la Humanidad en el cual volcaba sus extensos conocimientos en lenguas antiguas como el sánscrito, y su profunda fe en la veracidad de los mitos nórdicos para desarrollar la teoría de la existencia de un lenguaje sagrado que había sido desarrollado por una civilización nórdica hacia 5000 años y que había dado origen al mito de la Atlántida.

Para Wirth la Atlántida fue un enorme continente situado entre el norte del Océano Atlántico y el Mar del Norte que fue destruido por los efectos de las glaciaciones y que provocó la emigración de sus habitantes a Europa Central, desde dónde fueron expandiéndose hacia Asia y Europa Occidental. Dedicó toda su actividad profesional a tratar de demostrar su teoría mediante hallazgos de objetos de la Arqueología nórdica, y a descifrar el supuesto lenguaje mágico de los primeros nórdicos. Para este fin encontró un apoyo férreo en Himmler y en los sectores neopaganistas del Partido Nazi. Curiosamente, a Hitler no parecían satisfacerle demasiado esas ideas, y fue por deseo de Hitler por las que las expediciones y el trabajo de Wirth en la Ahnenerbe concluyeron en 1936, un año después de su inicio.

Por eso, aunque esas expediciones encontraron y realizaron moldes de yeso de miles de objetos y de estelas nórdicas halladas en diversos lugares de Islandia, Suecia y la bahía de Heligoland, el proyecto de Wirth cayó en el olvido. Aunque Himmler y sus magos negros de la Ahnenerbe siguieron buscando objetos mágicos y pruebas de la primacía de la raza aria a lo largo del mundo.