Guillaume Canet (Blood ties), hace una revisión cómica de su propio estado vital y nos lo entrega en esta comedia existencial, con crítica dirigida al mundo del cine, sus modismos y tendencias. No es el primero ni será el último que en el Cine (Woody Allen, Nani Moreti, João César Monteiro) como en la literatura (Marcel Proust, Paul Auster, Vila Matas…) haya proclamado su vida como una ficción y sus dudas existenciales como puro arte en un mundo cambiante.
La comedia a la que se aferra Gillaume Canet y su propia pareja en vida y también en la película, la actriz Marion Cotillard, se desliza en una serie de desencuentros vitales que llevan al propio Canet a no estar a gusto con los papeles que se le ofrecen por su edad. Ha pasado de enfant terrible, ganador de un Cesar, a actor encasillado en personajes formales, padres responsables y cabeza de familia, maduros con roll estable. En resumidas cuentas ha perdido su sex appeal. Ya no es un hombre atractivo y debe recuperar sus capacidad de fascinar, que mejor para ello de retomar la senda del Rock,and Roll.
Esto le llevará a una huida hacia delante con crítica incluida a la virilidad y a los personajes fuertes y descarados. Algo hay de crítica y como no, siempre habrá un papel de ese tipo den el cine norteamericano.