La obra que nos ocupa presenta reducidas dimensiones (66 x 62 cm) siendo donada por Rolin a la iglesia de Notre-Dame-du Châtel en Autun. Van Eyck enfrenta el canciller y la Virgen, disponiendo ambos personajes a la misma altura; es decir, equiparando lo celestial y lo terrenal. Una equiparación que muestra el ascenso social (y económico) del canciller; un ascenso que se refleja en el mecenazgo artístico practicado por Rolin protegiendo a miniaturistas y copistas, así como, mediante el encargo de obras donde aparece retratado. El orgullo de Rolin es simbolizado por Van Eyck mediante los pavos reales que aparecen en el jardín.

La Virgen, a nuestra derecha, punto visual de mayor atracción, se muestra como trono del Niño Jesús, quien está bendiciendo a Rolin. Un ángel se dispone a coronar a María con una corona de perlas, símbolo de la virginidad de la Madre.

¿Qué nos oculta en el paisaje?

Tras una arcada románica, se abre un paisaje lleno de luz y de vida casi inapreciable a nuestro ojo. El paisaje presenta una continuidad tras la triple arcada. En el lado de la Virgen se pinta una ciudad apiñada, llena de vida, con multitud de iglesias de las que sobresalen apuntados chapiteles. Sin duda, una alusión al catolicismo. En el lado de Rolin, observamos un suburbio con edificios civiles, una abadía y cuyos caminos van hacia los campos y viñedos.

Unos viñedos dispuestos a la altura de la mirada de Rolin como alusión a su fortuna.

Entre ambas escenas atraviesa un río con una isla central. He aquí, una firme alusión al Paraíso atravesado por el río de la vida.

Un paisaje donde los historiadores han querido ver la campiña de Borgoña o la aguja de la catedral de Utrech. Sin embargo, aunque Van Eyck tome elementos de la realidad, el paisaje es imaginado.

¿Nos alude a un hecho histórico?

En 1419, en plena Guerra de los Cien Años y la época de Juana La Loca, Francia, Borgoña e Inglaterra abogan por unas negociaciones. Así, Francia y Borgoña se reúnen para entablar un acuerdo en Montereau. Es aquí, donde Juan Sin Miedo fue asesinado. Ante tal acontecimiento, Rolin, como abogado de Juan Sin Miedo, pasa a ser canciller del hijo de éste, Felipe el Bueno.

Este ascenso le permite en 1435 que las partes implicadas firmen el Tratado de Arras mediante el cual la Inglaterra de Carlos VII hace concesiones territoriales y Francia se compromete a erigir una cruz de oro en el puente de la discordia, a establecer misas diarias en recuerdo de Juan Sin Miedo en la iglesia de Nuestra Señora de Montereau y a fundar un monasterio. Van Eyck pinta en 'La Virgen de Rolin' un puente con una cruz, extensiones de terreno y un monasterio. Es, quizás, el documento histórico del Tratado de Arras en Pintura. Quizás, los diminutos personajes del puente (los cuales no sobrepasan de un milímetro de altura) se dirigen a la misa de réquiem establecidas por Francia en honor a Juan Sin Miedo.