El banquete de la muerte
Si nos detenemos ante la obra "Sin Esperanza" (1945) de F. Kahlo, podemos observar a una mujer, la propia artista, engullendo mediante tétrico embudo lo que podemos afirmar como un auténtico banquete de la muerte. Un menú naseabundo, nada apetecible, abundante en proteínas (carne, peces y aves) nos hace recordar que la artista tuvo que ser alimentada en más de una ocasión a través de embudos a causa de las más de treinta intervenciones quirúrgicas que soportó a lo largo de su vida. Siendo la comida alimento del cuerpo, y protagonistas de nuestras más diversas reuniones sociales (llegando a sobrepasar uno de los siete pecados capitales: la gula), he aquí, como magno instrumento de tortura.
En la cima de la montaña "alimenticia", hay una calavera de azúcar con el nombre de "Frida" inscripto en la zona frontal. Las calaveras de azúcar son típicas en la festividad del Día de los Muertos en México; Frida, como buena mexicana representa en su obra parte de sus tradiciones; parte de su agonía y dolor, ya que, como toda calavera no deja de representar a la muerte. Una muerte quizás, ¿deseada por la propia artista?.
Agonía tras agonía
Siendo torturada es como Frida quiere que la veamos. Así se representa porque así es como se siente. Como declaró en una ocasión: "Me pinto a mí misma porque estoy a menudo sola y porque soy el tema que mejor conozco". El tema protagonista a lo largo de su vida ha sido su delicada salud; así pues, es el tema protagonista de multitud de sus obras.
En "Sin Esperanza" nos mira con sufrimiento. Nos mira sin mirar ya que las pastosas lágrimas empapan sus pupilas. Sólo nos deja ver su rostro doliente. No podemos adivinar su huesuda anatomía ya que su cuerpo está cubierto por una gruesa colcha. Un colcha cual camisa de fuerza parece maniatar a Frida dejándola inmóvil; dejándola casi sin respiración.
Una colcha que no trasmite más que una sensación de constricción. Sensación muy conocida por Frida soportando largas temporadas encamada con un corsé ortopédico debido a sus problemas de espalda.
Micro y macrocosmos
Esta colcha, como segundo elemento de tortura, presenta unos curiosos diseños. Estos adornos de formas circulares fueron interpretados por la historiadora del Arte, Hayden Herrera, como células u óvulos sin fecundar; es decir, la representación de un mundo no fértil alusivo a la falta de descendencia de la artista.
Un mundo microscópico en contraposición al gran Sistema Solar representado por el Sol y la Luna. Dos astros, dos fuentes de luz; quizás, significado del eterno dolor de Frida; un dolor que no cesaba ni de día ni de noche.
Frida, una artista quien estuvo muerta en vida. Una artista que muerta, está más viva que nunca.