Históricamente Buenos Aires, las Cataratas del Iguazú y los Glaciares han sido los referentes para el Turismo internacional. Pero la masa de información ofrecida por los canales de comunicación presenta hoy ante potenciales viajeros nuevos escenarios naturales por conocer: mesetas, salinas y ríos.

El turismo cinematográfico ha sido analizado en varias ocasiones. Por un lado, E. Jimenez García en su Tesis Doctoral (2012) citaba la noción del turismo inducido por el cine de R. Riley y C. Van Doren al constatar la influencia del séptimo arte en la industria turística.

Por su parte, Alfonso Nogero exponía en el Congreso Internacional Latina de Comunicación (2011) sobre el rodaje de una gran producción en una ciudad: “es capaz de otorgarle a ésta popularidad, atracción turística y beneficios económicos.” Como contraprestación puede ofrecerle a las productoras compensaciones: permisos especiales de rodaje, exenciones fiscales, etc.

argentina ha elaborado instrumentos para aunar esfuerzos. En 2007 se firmó el acuerdo entre Cancillería y el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) para promover la imagen turística, artística y comercial del país en el exterior. En 2013 el Instituto Nacional de Promoción Turística (INPROTUR) presentaba al país en la revista de India “Locations & More” destinos argentinos como locaciones ideales para el rodaje de películas.

Antecedentes

En los últimos veinte años Las producciones extranjeras han tenido en parte de las tramas escenarios nacionales. Siete años en el Tíbet (1997), Focus (2015) y El muerto y ser feliz (2013) coproducción española-argentina- francesa que tuvo a José Sacristán recorriendo Tucumán y las Salinas en Ojo de Agua.

DATO El éxito Black Panther (2018) recrea las cascadas de la nación africana Wakanda en las Cataratas del Iguazú.

Las películas argentinas han logrado reconocimiento internacional pero la mayoría han estado focalizadas en dos escenarios: Buenos Aires y la Patagonia.

En Buenos Aires: El Secreto de sus ojos (2009), Kóblic (2016) y Relatos Salvajes (2014). De esta última ¿Sabrá el público que la historia protagonizada por Sbaraglia fue filmada en Cafayate?

En la Patagonia: El Aura (2005), Wakolda (2013), y el estreno para este 2018 Perdida cuyas escenas se grabaron en San Martín de los Andes, Neuquén.

Nuevas rutas

  • El documental El impenetrable (2012) dirigida por Incalcaterra y Quattrini se sumerge en el bosque chaqueño al noroeste argentino.
  • La remake de La Patota (2015) se filmó en Misiones. Las localidades Garupá y San José elegidos por Santiago Mitre le dieron al ojo del espectador otro paisaje de la provincia más allá de Iguazú.
  • Zama (2017) de Lucrecia Martel es una película dramática filmada en Barrancas del Empedrado, provincia de Corrientes, como escenario principal. Ésta, llegará al Festival de Toulouse en marzo para competir en la categoría Largometrajes de ficción.
  • En 2018 el norte argentino tendrá su lugar en Purmamarca, Jujuy. Allí, el director de Mi Obra maestra Gastón Duprat comentó “se eligieron locaciones como el volcán Rumiyoc, la cuesta de Lipán y el Hornacal porque se necesitaba un lugar con gran paisaje, llamativo, original y único.” Se comenzó a grabar en septiembre pasado teniendo en el reparto a G. Francella y L. Brandoni.

El desafío

El cine es una industria capaz de transmitir la imagen turística de Argentina ya que debido a lo que se proyecta en un film la gente podría desear visitar el país.

Es hipotético porque no existen registros oficiales que corroboren el impacto del turismo cinematográfico en el país.

En contrapartida los datos del estudio TripBarometer y publicados por Hosteltur revelaron que siete localidades españolas en 2015 lograron incrementar sus visitantes en un 125% gracias a la filmación de la saga Juego de Tronos, o Irlanda y Nueva Zelanda tienen destinos turísticos promovidos por el cine, Argentina tiene la oportunidad.

Es necesario abrir el lente a otros espacios. El cine argentino es la estrategia promocional que permite mayor tiempo en pantalla, con imágenes de alta calidad y debe fomentarse. El turismo cinematográfico en Argentina tiene mucho por hacer.