El pasado viernes fue un día importante para Asturias, se entregaron en el Teatro Campoamor de Oviedo los Premios Princesa de Asturias 2017. Al margen de consideraciones políticas, el trabajo, la dedicación y la entrega de la Fundación ha conseguido que con los años, los ahora Premios Princesa de Asturias, adquieran un prestigio y una consideración que los hace destacar a nivel internacional.
El significado de los premios Princesa de Asturias
La ceremonia constituye un lugar de encuentro para destacadas personalidades del mundo de la cultura, el empresarial y el deportivo de España, además, de reunir a las autoridades políticas del Gobierno regional y nacional.
También es un momento de expresión para la sociedad asturiana. Así, esta fecha es aprovechada todos los años para celebrar una Manifestación a favor de la República en la Plaza de la Escandalera. Este año hubo también una Manifestación por la Unidad de España frente del Teatro Campoamor. Y es que, inevitablemente, el secesionismo catalán estaba muy presente, contando incluso con la presencia del presidente del gobierno, Mariano Rajoy, por primera vez desde la presidencia de Leopoldo Calvo Sotelo.
Los líderes europeos, Donald Tusk, Antonio Tajani y Jean Claude Juncker, recogieron el premio a la Concordia y aprovecharon sus discursos para, por primera vez, posicionarse claramente con el Estado de derecho y en contra del intento de secesión catalán: “Europa es la defensa de nuestros valores: la libertad, la democracia, la igualdad, el respeto al estado de derecho y de los derechos humanos” dijo el Presidente de Parlamento Europeo, Antonio Tajani.
Un premio de la Concordia destinado a paliar los daños de los incendios
Ayer mismo en el pleno de la Eurocámara se guardó un minuto de silencio por las víctimas de los incendios en España y Portugal y se decidió, que los 50.000 euros que lleva aparejado el premio Princesa de Asturias a la Concordia se destinarán a los damnificados.
Además pretenden movilizar el Fondo de Solidaridad de la UE con el fin de obtener ayudas comunitarias que ayuden a paliar los enormes daños
Poesía más allá de la política
Pero en estos tiempos convulsos, creo que podemos resaltar un discurso que consiguió apelar a nuestra humanidad individual y nos dio una clave para abordar nuestro día a día.
Me refiero al de Adam Zagajewski, premio “Princesa de las letras”. Solo un poeta de corazón, puede con voz suave y melodiosa, dar un discurso de agradecimiento en el que deje patente que la poesía es una elección de vida.
Donald Tusk, Presidente del Consejo de Europa y polaco como Zagajewski, dijo en su discurso que para su generación el poeta se había convertido en “un símbolo de libertad de expresión, independencia y pensamiento”. El rey, Felipe VI por su parte, resaltó que Zagajewski era capaz de “atrapar el instante en el que toda la belleza del mundo parece quedar atrapada en un solo verso” y mantuvo que su patria era la “Verdad”.
Manifestó el poeta que no sabemos lo que es la poesía, que cada generación tiene su propia visión de este Arte “que surge de la emoción de la mente y el corazón" y lo hace como algo espontáneo, no previsible ni planeable.
Y en forma de hermosa crítica explicó una realidad palpable totalmente a día de hoy, “en el mundo actual todos quieren hablar de comunidad y de política y es cierto que esto es importante”, es imposible negarlo, sin embargo, por más que queramos no es la esencia de nuestros días porque “también existe el alma particular" y con ella nuestras preocupaciones individuales.
Y es que, nos guste o no, a no ser que nos dediquemos a la política, esta puede ser un tema de conversación en nuestro día a día, pero no constituye su esencia. Para ser muy claros, evidentemente a todos los españoles nos marcará la aplicación del famoso “artículo 155” en Cataluña, pero seguimos levantándonos a la misma hora para ir al trabajo, llevar a nuestros hijos a la escuela y preocupándonos por reparar la gotera del tejado y hacer la compra del mes, siendo el intento de secesión un tema de conversación que nos exalta y altera, pero en general no nos saca de nuestra cotidianidad.
“Debatimos sobre las clases y las capas sociales -dice el poeta – pero en el día a día no vivimos en la colectividad sino en la soledad”. Y sin embargo , estos no son estos unos tiempos en los que se pueda apreciar el valor de la poesía, nada más lejos de ella que nuestra letanía cotidiana. Con dulce ironía, Zagajewski analiza de forma certera lo que está y lo que no está de moda y, desde luego, “la poesía no está de moda”. Como tampoco lo está “detenerse en medio de un prado primaveral ni la reflexión”. No lo dejemos escapar, reflexionar puede ser peligroso, aquí está la clave porque al final "hay que escapar de uno mismo”.
El miedo a detenernos y pensar, el miedo a mirar en nuestro interior acallando el ruido externo y tratar de buscar la verdad por nuestros propios medios, es tan terrible que nos hace correr, convirtiéndonos así en personas fácilmente manipulables.
Zagajewski nos recuerda la dualidad del mundo: “por una parte la imaginación; por otra la obstinada realidad”.
Y concluye, con una por discreta no menos importante lección vital: “necesité muchos años para entender que hay que tener en consideración ambas caras de este dualismo desigual" nos invita el poeta a no olvidarnos del mal que inevitablemente está ahí y tampoco del sufrimiento de los seres humanos y también de los animales, de los débiles pero hacerlo sin renunciar tampoco a la belleza, al arte...
Buscar la verdad, acallar el ruido y escuchar de corazón, disfrutar de la belleza, de los instantes hermosos…ese es el camino de la poesía, quizás si me lo permitís más difícil que el de la política, porque se mueve dentro del territorio de la verdad que en palabras de Zagajewski “es claramente reducido"