Salvador Dalí dijo en una ocasión "si muero, no moriré del todo". Una premisa que se ha cumplido en numerosas ocasiones, ya que la figura del pintor de Figueras no ha dejado nunca de estar en auge. Pero desde hace tiempo viene siendo sujeto de actualidad gracias a la demanda interpuesta por Pilar Abel, que afirma ser hija del artista, y por lo que finalmente la juez ha ordenado abrir la tumba para conseguir las muestras que puedan confirmar esta supuesta paternidad.
Una operación llena de obstáculos
El 23 de enero de 1987 nos dejaba el genial Dalí a causa de una parada cardiorrespiratoria, mientras escuchaba la ópera Tristán e Isolda de Wagner, su favorita. Fue enterrado en la cripta que hoy guarda el Teatro-Museo Dalí de Figueras, lejos de su amada Gala, cuyos restos se encuentran en el Castillo de Púbol. El espacio que guarda la tumba del pintor es el primer problema que se plantea, al encontrarse bajo la gran cúpula de un museo que recibe alrededor de 4000 visitas diarias en estas fechas; aunque en un principio se habló de realizar las tareas de exhumación a las 09:30, la Fundación Gala-Dalí ha conseguido que finalmente dicha operación tenga lugar a las 20:00 para que no interfiera en ningún momento con las actividades y la rutina del museo.
Pese a los intentos de oposición por parte de la Fundación, será a esta hora cuando se despliegue el dispositivo que se ha preparado para abrir la cripta, una tarea no exenta de obstáculos. Este dispositivo, formado por una secretaria judicial, dos forenses y un técnico del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Cataluña, accederá a la sala donde el primer paso será apartar la losa de una tonelada y media que se encuentra sellando la tumba, y para la que ya se ha descartado el uso de una grúa. Una vez salvado este primer escollo, el trabajo quedará en manos de los forenses, ya que el cuerpo no se va a trasladar fuera de este espacio, un trabajo no exento de complejidad.
Han sido ya varios los expertos, entre ellos el propio forense encargado en su día del cuerpo de Dalí, Narcís Bardalet, que han afirmado la problemática que puede tener el conseguir restos de ADN, ya que el cadáver del pintor fue embalsamado.
El formol utilizado en esta operación podría haber afectado a los dientes, así que las muestras tendrán que buscarse de manera más meticulosa, en las uñas, e incluso se extraerá médula ósea de huesos como la tibia y el fémur.
Todo podría ser en vano
Todo esta enrevesada operación, sin embargo, podría no servir para nada, ya que cualquier mínimo error, como una gota de sudor, podría alterar las pruebas recogidas. Es por ello que los encargados de toda esta labor llevarán un traje completamente cerrado de doble protección, con guantes y máscaras, y se trabajará en un ambiente totalmente aséptico. La Fundación espera que la exhumación se realice con total intimidad, por lo que el museo permanecerá cerrado mientras se lleven a cabo los trabajos necesarios.
Asimismo, no se facilitarán ni grabaciones de vídeo ni imágenes que contengan muestras del estado del cuerpo, para respetar y preservar el recuerdo de nuestro querido pintor surrealista.
Después de toda esta odisea, aun quedará por ver si el genio de Figueras revela algún secreto de su pasado o continuará siendo un misterio. Las pruebas recogidas se enviarán al Instituto Nacional de Toxicología, que depende directamente del Ministerio de Justicia. Pilar Abel tendrá que esperar un máximo de dos meses para conocer los resultados y dar por resuelto el caso, pues una vez que se comparen las muestras de ADN de ambos, esta prueba tendrá un carácter irrebatible. En el caso de que se confirme la paternidad de Dalí, la demandante, cuya lucha personal comenzó hace años, tendría derecho a reclamar parte del patrimonio del artista, quien lo legó todo al Estado español.