Fue musa del artista hasta que ciertos hechos hicieron añicos la relación fraternal. Anna María creció rodeada del talento y el genio de su hermano, lejos de intimidarla, la pequeña sirvió de inspiración al artista, según los rumores hasta que llegó Gala a la vida del pintor.

Los cierto que hubo dos episodios concretos que marcaron la vida de la pequeña de la casa. A los 30 años, fue acusada de espionaje por los republicanos situación que provocó una detención, con vejaciones y torturas durante casi 20 días. Como era de esperarse, superar este episodio que la sumió en crisis nerviosas y depresiones no le fue fácil.

Años después, su padre y ella, desheredaban al primogénito por los dichos de este publicados en un periódico francés. En sus páginas, Dalí aseguraba que escupía sobre el retrato de su madre. Con el tiempo, el artista aclaró que lo hacía para demostrar que su madre vivía en él y no en las fotografías. Sin embargo, las aclaraciones no fueron suficientes y ni ella ni el padre volvieron a hablar con el genio.

Algunos biógrafos creen que, con la llegada de Gala a la vida de Dalí, el vínculo entre hermanos mermó y la nueva musa del artista despertó los celos más intensos de la hermana menor.