Mikaila Ulmer es una de niña de Texas (EEUU), que actualmente tiene 11 años. Siendo más pequeña fue víctima de dos picaduras de abejas en sólo una semana, lo que le provocó que desarrollara un pánico tan grande que causó preocupación en su familia. Su madre con el afán de atenuar este rechazo comenzó a hacerle énfasis en la necesidad de estos insectos para la biodiversidad y los beneficios para la salud que obtenemos de sus mieles y propóleos.
Poco a poco Mikaila comenzó a estudiar y acercarse al curioso mundo de las abejas y pudo conocer además, el peligro que para ellas representa el riego de plaguicidas que dejan químicos nocivos impregnado en las flores y como ella misma explica: "cuando una abeja liba una flor no sólo se afecta ella sino que retorna a la colmena y envenena a sus compañeras."
A raíz de su nuevo interés por la apicultura la bisabuela Helen le regaló un libro de cocina de 1940 que contiene una receta de limonada a base de semillas de lino y miel de abejas, y con la ayuda de su madre la niña comenzó a elaborar lo que nombró "Bee Sweet Limonade" que se convirtió en un éxito local.
Alentada por los vecinos que estaban al tanto de su preocupación por las abejas, presentó su idea en el programa de televisión "Shark Tank" en el que un panel elige qué idea merece ser patrocinada y en abril del 2016, Mikaila recibió 60 000 dólares para emprender la producción de limonada y con las ganancias llevar su activismo a otros lugares del país.
La cadena de Alimentos orgánicos "Whole Foods Market" inmediatamente se interesó en el proyecto y le propuso un contrato de 11 millones de dólares por distribuir la "Bee Sweet Limonade" en 55 supermercados de todo el sur de la Florida.
El entonces presidente Barack Obama al conocer la noticia la invitó a la Casa Blanca, probó la limonada y reconoció a Mikaila entre las 10 emprendedoras del año.
Actualmente parte de las ganancias son donadas a diversas organizaciones locales e internacionales , mientras que la niña conduce talleres donde intenta sensibilizar a otros acerca del riesgo en que están las abejas y con ellas el imprescindible equilibrio ecológico sin el cual la humanidad no sobreviviría.
Pienso que Mikaila tiene algo más en común con las abejas y que no importa su tamaño para ser muy constante y laboriosa.