El candidato demócrata Joe Biden ya se calzó el traje de nuevo presidente electo demócrata de los Estados Unidos de Norteamérica y comenzó a desarrollar las actividades propias del cargo. Pero al mismo tiempo, el actual presidente republicano Donald Trump continuó su negativa a aceptar la derrota. Espadachín filoso del Twitter, el presidente en ejercicio no dejó de reclamar fraude y de amenazar con acciones legales, al extremo de exigir la detención del conteo de los votos.

Los medios de comunicación dieron por ganador a Biden

Al mismo tiempo Biden no perdió tiempo y aceptó gustoso el aire que le dieron los medios de comunicación norteamericanos que lo anunciaron como vencedor, pero la realidad es que ninguno de los resultados que corone a uno u otro candidato ha sido certificado.

Todavía continúan varios escrutinios de votos abiertos, y el resultado sólo se autenticará, una vez que el Colegio Electoral se reúna el próximo 14 de diciembre.

Totalmente inmerso en la batalla para retener su cargo, Donald Trump tuitea que finalmente ganará esa carrera, que todas las principales cadenas de televisión y líderes internacionales han pronosticado que perdió y Biden aprovecha para hacerse escuchar: ‘Creo que es una vergüenza, francamente’, pero que ‘al final del día, todo se materializará el 20 de enero’, día en que tradicionalmente es investido el presidente electo del país y comienzo del nuevo período presidencial.

Donald Trump no deja de reclamar fraude y medidas legales

Mientras el demócrata no pierde tiempo y hace llamadas con líderes extranjeros: el presidente francés Emmanuel Macron, la canciller alemana Angela Merkel, el primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, el irlandés Micheál Martin, entre los que ya estuvieron en contacto: ‘Les estoy haciendo saber que Estados Unidos ha vuelto.

Vamos a volver al juego’ dijo quien, de confirmarse, sería el segundo presidente demócrata y católico después de John Fitzgerald Kennedy de la historia norteamericana.

Pero después de tres días de situaciones poco claras, donde los republicanos miraban azorados la retahíla de tuits rabiosos de Trump con sus acusaciones de fraude y las felicitaciones a Biden desde sus propias filas, personificadas nada menos que por George Bush, el partido del presidente rompió el silencio y finalmente salió en bloque a apoyarlo.

Hasta el republicano George Bush apoyó al demócrata Biden

El senador Mitch McConnell, senador por Kentucky y líder de la bancada republicana, demostró una aguerrida actitud en defensa de Trump para sostener la posición de no aceptar inmediatamente los resultados publicados por los medios de comunicación del país. Una manera de contradecir al ex presidente George Bush, quien en el año 2000 pasó por una situación similar y ganó las elecciones luego de pedir el recuento voto a voto en el estado de La Florida.

Con esto, el partido republicano despertó del día después de las elecciones, donde los números no acompañaron los previstos por las encuestas, del letargo al cual se había sumido, y que dejó a Donald Trump en solitario reclamando desde Twitter, muchos de los cuales fueron observados por la plataforma de microblogging.