“Es una situación muy grave”. Con estas palabras ha definido la Primera Ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen al nuevo escenario por el que ha decidido sacrificar a 17 millones de visones debido a una mutación del Coronavirus que podría propagarse a los seres humanos. La máxima representación del país escandinavo ha puesto de manifiesto que el virus mutado supone en realidad un riesgo para la eficacia de la vacuna que combata esta enfermedad.
Ha sido casi al mismo tiempo que la empresa farmacéutica Pfizer ha anunciado que su vacuna contra la COVID-19 es un 90% efectiva para aplacarla, una vez se ha conocido que este proyecto ha superado el último paso antes de pedir su aprobación, llenando de optimismo a la opinión pública en todo el mundo y con un repunte muy relevante en los mercados de renta variable internacionales.
Temor a que el virus se pueda trasmitir a los humanos
De todas formas, las palabras de la Jefa de Gobierno de Dinamarca han puesto un poco de realismo en la lucha contra la enfermedad vírica. No obstante, ha recalcado que todavía no hay datos suficientes para constatar que esta mutación en el virus puede generar síntomas más graves en el desarrollo de la enfermedad provocada por la COVID-19.
Pero ante las dudas planteadas, se ha visto requerido el sacrificio de los visones para evitar males mayores entre la población del país, ante el temor de que esta incidencia termine afectado a los seres humanos, después de que se detectase en el embalaje de pescado congelado.
Los visones se cuidan en condiciones de hacinamiento
En cualquier caso, los científicos de este país europeo han mostrado su alta preocupación ante el hecho de que una mutación de estas características pueda poner en riesgo la efectividad de la tan esperada vacuna contra el virus, debido a que puede hacer menos sensibles a los anticuerpos que protegen de los patógenos.
En este sentido, cabe recordar que durante el pasado verano fueron también sacrificados un buen número de visones en la comunidad autónoma de Aragón ante el riesgo de que el virus se pudiese propagar a los humanos, poniendo a estos mamíferos en la diana de las sospechas, ya que el medio donde se cuidan es en condiciones de hacinamiento y muy propicias por tanto a la expansión del virus.
Como base en las vacunas contra el virus
Este cambio genético se genera en una parte muy relevante del virus que es detectada como proteína espiga y que se caracteriza por su gran importancia de cara a la inmunidad, al igual que sirve como base para las próximas vacunas que se van a impulsar a fin de hacer frente a esta enfermedad que ya se ha llevado muchas vidas humanas a lo largo de este año.