Tres informes explosivos han sido publicados por el portal The Intercept, medio fundado por el periodista Glenn Greenwald, quien publicó las filtraciones del exespía, Snowden. La investigación revela conversaciones privadas mantenidas vía Telegram entre el exjuez, Sergio Moro, y el fiscal, Deltana Dallagnol, quienes llevaron adelante la causa de corrupción conocida como Lava Jato en Brasil.

En dichos intercambios se evidenciarían comportamientos violatorios de los derechos y garantías procesales de los acusados, coordinaciones extraoficiales ilícitas entre ambos y dudas respecto de la fortaleza probatoria de su acusación contra Luiz Ignacio "Lula" Da Silva.

Un caso polémico

En julio del año 2017 el Juez, Sergio Moro, ordenó la detención del expresidente Lula da Silva, acusado de recibir un apartamento en la costa brasileña, como coima, por parte de la empresa constructora OAS. Desde un principio los partidarios del expresidente denunciaron imparcialidad del Juez, por falta de pruebas y el armado de la causa.

En esos momentos el presidente Temer gozaba de índices de popularidad bajísimos y Lula se perfilaba como el candidato que ganaría cómodamente las elecciones presidenciales de octubre de 2018.

Tras sucesivas apelaciones, Lula fue finalmente encarcelado en abril de 2018, cuando las encuestas seguían indicando que era muy probable que resultara ganador de las elecciones de octubre de ese año. Su contrincante más cercano estaba entre 10 y 18 puntos por debajo, según diferentes encuestas. Su nombre era Jair Bolsonaro.

Ya en prisión, Lula intentó seguir siendo el candidato presidencial por el Partido de los Trabajadores (PT), pero el Tribunal Federal Supremo de Justicia de Brasil (TSF) se lo impediría.

El resto de la historia es conocida, el PT nombraría al, hasta ese momento candidato a vicepresidente, Fernando Haddad, ex Ministro de Educación de Lula y exalcalde de San Pablo, como candidato a presidente. Haddad perdería el balotaje contra el ultraderechista y polémico Bolsonaro. Una de las primeras medidas del, recientemente asumido, presidente sería nombrar a su Ministro de Justicia: Sergio Moro. Según los editores de The Intercept, la exclusión de Lula de la elección "basada en la decisión de Moro, fue una pieza clave para abrir un camino para la victoria de Bolsonaro"

Los fiscales sabían que no había pruebas suficientes contra Lula

The Intercept accedió a numerosas conversaciones privadas entre distintos actores judiciales del Lava Jato.

Los diálogos mostrarían cómo el fiscal y el Juez direccionaron sus medidas para impedir que Lula fuera candidato y una vez logrado esto, para perjudicar la candidatura de Haddad. Por ejemplo, se ven allí conversaciones sobre cómo impedir que Lula dé una entrevista periodística, ya autorizada por el TSF, porque "una entrevista antes de la segunda vuelta puede elegir a Haddad", textuales palabras de una de las fiscales del caso. Otro fiscal, en el mismo chat, propone maniobrar para que la entrevista fuera publicada después de las elecciones.

Otro de los temas debatidos en uno de los grupos de Telegram que tenían los fiscales muestra la preocupación del fiscal principal, Dallagnol, por lo endeble de la acusación contra Lula: el triplex de Guarujá.

Sólo existía una declaración de un imputado arrepentido que vinculaba al expresidente con este apartamento. Las sospechas de armado de esta declaración eran muy fuertes y no sólo era lo único que conectaba a Lula con los casos de corrupción, sino que, además, era la pieza fundamental que permitía que la causa recayera en el juzgado del Juez, Sergio Moro. Si se caía esta prueba, se caía todo el armado. Una de las frases más contundentes del fiscal en sus chats se refiere directamente a lo endeble de la acusación: "La denuncia se basa en mucha prueba indirecta de autoría, pero no cabría decir eso en la denuncia y en la comunicación evitamos ese punto".

Sergio Moro no actuó como Juez imparcial

El último de los informes publicados por The Intercept es sobre el actual ministro de Justicia de Bolsonaro y exjuez del caso Lava Jato: Sergio Moro.

Recordemos que la Constitución brasileña establece el sistema acusatorio penal para el Poder Judicial, es decir, los fiscales son los encargados de llevar adelante la investigación y los jueces, además de dar su veredicto o elevar a juicio durante el proceso previo de investigación, deben aprobar o rechazar las medidas solicitadas por los fiscales, las defensas o las querellas. En este modelo, el juez no debe inmiscuirse en la investigación sino actuar como juez de garantías. Sin embargo, según la investigación, "las conversaciones entre Moro y Dallagnol demuestran que el actual ministro se ha entrometido en el trabajo del Ministerio Público - lo que está prohibido - y fue bien recibido, actuando informalmente como un auxiliar de la acusación"

En esas conversaciones, el exjuez le adelanta decisiones respecto de solicitudes realizadas por la fiscalía, le recomienda pasos a seguir e incluso llega a exigirle que realice algún allanamiento con la Policía Federal de Brasil pues hacía mucho tiempo que no realizaban ninguno: "¿No es mucho tiempo sin operación?".

En otro de los intercambios el fiscal principal le informa al exjuez que piensa inventar una denuncia anónima para formalizar una declaración informal de una fuente. El juez lo incentiva a hacerlo: "Mejor formalizar entonces". Las conversaciones, además de demostrar la parcialidad manifiesta de los fiscales y del juez, evidencian la intencionalidad política del exjuez, hoy Ministro de Justicia del mayor beneficiado con la prisión de Lula: Jair Bolsonaro. Hasta el momento, Sergio Moro sólo ha denunciado la intromisión o el hackeo de sus conversaciones, sin hacer mención a los hechos allí relatados o negar su existencia.