Mario Bergara (Montevideo, 1965) es economista y, desde el primer gobierno del Frente Amplio (2005-2010), ha desempeñado diversos cargos dentro del equipo económico liderado por Danilo Astori. Ha sido Subsecretario de Economía y Finanzas (2005-2008), Ministro de Economía y Finanzas (2013-2015) y, dos veces, Presidente del Banco Central del Uruguay (2008-2013, y 2015-2018). A finales del año pasado renunció a su cargo para ser precandidato presidencial, en las elecciones internas de junio de 2019. Es el único independiente (no sectorizado), de los cuatro precandidatos del Frente Amplio.

Si bien las encuestas lo ubican en cuarto lugar de cara a las internas, él sigue en plena campaña, que el viernes 31 lo trajo a Buenos Aires, para encontrarse con un grupo de uruguayos residentes en Argentina.

Su presencia en Buenos Aires

R: ¿Por qué un precandidato a la presidencia de Uruguay viene a hacer campaña a Buenos Aires?

B: Porque lógicamente hay una colonia, y una comunidad uruguaya en Argentina que es, no solamente muy voluminosa, por distintas oleadas de inmigración del país; sino también porque en una muy buena proporción son uruguayos y uruguayas que siguen mirando al país, que les preocupan los procesos sociales, económicos y políticos del país. O sea, la comunidad uruguaya en Argentina es activa desde el punto de vista político, y en particular los frenteamplistas.

Ahora estamos en la etapa de la elección interna, y necesitamos una gran votación del Frente Amplio, porque el techo de la elección del 30 de junio, es el piso de la elección nacional en octubre.

R: Sin lugar a dudas son muchísimos los uruguayos viviendo en Buenos Aires y el Conurbano. ¿Tienes alguna expectativa de cuantos compatriotas podrían estar cruzando a votar en las internas de junio, y luego en octubre?

B: Es muy difícil medirlo, y este año en particular aun más, porque las elecciones nacionales y el eventual ballotage en Argentina y Uruguay son el mismo día. Los mismos días. Las internas difícilmente atraigan demasiada atención por su característica de elección primaria, que no es obligatoria en el caso uruguayo. Pero en las elecciones nacionales siempre los hay, miles de uruguayos que cruzan el río para votar en las elecciones.

O sea, esta es una posibilidad que tenemos que seguir poniendo sobre la mesa, no sólo por un tema de caudal electoral, sino por el permanente contacto que la comunidad uruguaya tiene que tener con su país.

R: ¿Vienes con alguna propuesta concreta para la diáspora uruguaya acá en Argentina?, ¿o dentro del Programa del Frente Amplio vienes a presentar tus líneas programáticas?

B: Un sello distintivo del Frente Amplio es justamente tener un programa común. Hoy somos cuatro candidatos en la interna que tenemos el mismo “paraguas” que es el programa común. Pero, como toda formulación programática, cosiste en lineamientos generales en las distintas áreas. En algunas avanza un poco más. Pero siempre deja ese espacio para que los distintos precandidatos marquen su perfil, sus prioridades, y que reflejen sus trayectorias.

Así es el Frente Amplio, y lo ha sido toda la vida. Objetivo de llegar al cuarto gobierno, Programa único, pero también la diversidad de sensibilidades que reflejan la multiplicidad de precandidatos. Por supuesto vengo a transmitir mi visión general de cara a la elección interna y de cara a las nacionales. Hoy tenemos una elección que va a estar reñida a nivel nacional. La campaña es fundamental. Sin perjuicio de transmitir nuestra visión general del mundo, del país, que cosas son relevantes para el futuro; también hay un tema que obviamente preocupa a la diáspora uruguaya, que es el voto en el exterior o el voto consular. Hubo un intento, promovido esencialmente por el Frente Amplio, en las elecciones anteriores, que la ciudadanía no acompañó (Nota: se refiere al plebiscito sobre el voto epistolar, que se realizó conjuntamente con las elecciones nacionales del año 2009.

No las del 2014) Pero ese tema volvió a ponerse sobre la mesa. A nivel legislativo se creó una Comisión para estudiar y ver las experiencias internacionales, revisarla parte jurídica, que ya culminó su trabajo. Ya le presentó al Parlamento sus resultados, y bueno, ojalá… obviamente que ninguna resolución va a tomarse en esta instancia electoral, pero, confiamos en que todo ese trabajo de esa Comisión que fue muy serio, se constituya en una nueva oportunidad para que Uruguay tenga lo que ya tienen todos los países de América del Sur, que es la posibilidad que nuestros compatriotas que viven en el exterior, equitativamente puedan votar en la elección nacional. Porque si no, vienen sólo los que tienen acceso a viajar, a venir, a quedarse unos días.

R: Muy bien. ¿Y dentro del Programa común, en que pones más énfasis tú? ¿En qué te diferencias de los otros precandidatos?

B: Mira, a veces nos preguntan “¿por qué votarte a vos, y no a los demás?”. Nosotros jamás vamos a hablar de porque no hay que votar a los otros precandidatos. Va en contra del espíritu fraterno, unitario que tiene que haber dentro del Frente Amplio. Estamos haciendo un procesos de renovación política, diría que con normalidad, con naturalidad. Lo cual es una cosa que hay que valorar en sí misma. Sentirnos orgullosos de este proceso. Porque cuando otras fuerzas políticas tuvieron que pasar sus procesos de renovación, tuvieron luchas intestinas que les llevó años recomponer los vínculos políticos, y también hay hoy otras colectividades políticas que probablemente lleven hoy a la candidatura a la misma persona que llevaron hace 35 años, por lo cual, difícilmente puedan concebirse como un proceso de renovación.

Nuestra precandidatura en particular tiene una fuerte impronta de renovación. De hecho, el eslogan de campaña es “Renovación en Acción” porque la renovación no es solamente cambiar los líderes o tener líderes más jóvenes. Podríamos hacer eso y no estar renovando en absoluto ni la visión, ni el enfoque del Frente. La renovación arranca con una renovación en la visión del mundo. Entender que el mundo, la región, el país, los procesos productivos y tecnológicos hoy, son extremadamente diferentes a lo que eran cuando el Frente comenzó a gobernar. Un mundo más complejo, más imprevisible, más frío. Caracterizado por vínculos entre las potencias en clave de conflicto: comercial, de monedas. Eso enfría lo global, reduce el potencial de crecimiento mundial.

Una región que para nosotros es completamente distinta. Cuando comenzamos a gobernar había experiencias de izquierda en todos lados y una perspectiva de pujanza económica por los precios internacionales, la baja en las tasas de interés, etc. Hoy nada de eso está presente. No sólo hay experiencias de derecha alrededor, sino también la perspectiva macroeconómica realmente es muy mala y muy preocupante. Argentina y Brasil hace al menos siete años que no tienen en su conjunto desempeños económicos mínimamente decentes. Y tiene problemas de estabilidad y manejo macroeconómico. Argentina no tiene una sola variable macro en el lugar correcto. Brasil también tiene dificultades, sobre todo en el área fiscal.

Argentina pese al acuerdo con el Fondo, que es el acuerdo más grande en la historia del organismo, equivalente a un PBI entero de Uruguay, no se le ven las puntas de salida, la situación no sólo no mejoró, sino que empeoró. Uruguay también es distinto. Está en un nivel de bienestar, de equidad, de derechos, más altos que cuando el Frente comenzó a gobernar. Y eso es un dato político importante, porque la sociedad en esta instancia reclama cosas diferentes a las que reclamaba hace quince años atrás.

Sobre la "renovación en acción"

R: ¿Qué implica esta renovación en acción que propone?

B: Esta necesidad en la renovación del mundo, trae como corolario la necesidad de revisar políticas públicas. Primero porque este nuevo mundo trae desafíos nuevos, como en el caso del empleo.

Pero también, porque aun parados en la reivindicación fuerte de lo hecho por el Frente en estos periodos de gobierno, que hizo transformaciones profundas en múltiples áreas, que contribuyeron a estos resultados de bienestar y equidad que mencioné; también es indudable que hay áreas que no las hemos resuelto de la mejor manera, que tienen que ver con la seguridad, la educación. O desafíos nuevos como el empleo y la fragmentación social. Por tanto es imprescindible revisar políticas. Parados en lo bueno que se hizo, pero también que hay cosas a revisar, corregir, para obtener mejores resultados. Para todo eso se precisa un Frente Amplio renovado. No solo en su visión, sino en su funcionamiento.

En los últimos tiempos hemos tenido un funcionamiento muy endogámico, muy para adentro, con mucho perfilismo sectorial, que llevó a que no se haya discutido de buena manera algunos de los temas de importancia para el país. Y nosotros tenemos que evitar que el funcionamiento interno del Frente Amplio se convierta en un obstáculo para la resolución de los principales problemas nacionales. Me viene a la cabeza, las discusiones sobre la inserción internacional o sobre las Fuerzas Armadas, para poner ejemplos de que es imprescindible que el Frente opere de otra manera. También estamos renovando el elenco de liderazgo. Tenemos una tríada de líderes: Vázquez-Mujica-Astori, exitosa, el Frente Amplio creció en estos 20 años, llegó al gobierno, gobernó para el bien de la sociedad uruguaya, pero hoy están dando paso a sus relevos generacionales.

En ese proceso estamos y lo estamos haciendo con naturalidad. Los frenteamplistas serán encargados de definir esa nueva estructura de liderazgos. Porque no va a ser la réplica de la actual. Nadie va a sustituir a Vázquez, Mujica o Astori. Y eso está generando mucho movimiento en la interna del Frente. Hay disidencias internas. Se avizora una nueva constelación de sectores. Porque el grueso de del Frente hoy está sectorizado en base al seguimiento de los líderes.

R: Muy desafiante el escenario político de cara a octubre, con un probable escenario donde no existan mayorías parlamentarias en caso de que el Frente Amplio vuelva a ganar.

B: Sí. En ese sentido nuestra candidatura tiene un fuerte foco seregnista. Nosotros reivindicamos el legado de Seregni, que algunas veces sentimos que por un tiempo en el Frente se soslayó, quedó un poco de lado. Y eso incluye poner muy fuerte sobre la mesa el tema de los valores, la ética, el coraje político. Seregni tomó infinidad de decisiones basado en su ética y su coraje, aun sabiendo que iba a pagar costos en lo político y lo personal. Pero lo hizo con visión estratégica. Seregni siempre nos obligaba a pensar en la mañana siguiente a la hora de hacer política. Y con una forma de hacer política que era la del diálogo respetuoso. Él siempre decía que había que encontrar la parte de verdad que hay en el otro. En un panorama donde quizás no haya mayorías parlamentarias el diálogo y la negociación tienen que ser eje del juego político, porque cambia totalmente. Con mayorías parlamentarias, ni el oficialismo ni la oposición tienen incentivos para dialogar y negociar. En el otro marco es imprescindible negociar, porque además, hay varios temas nacionales, en que a todos nos conviene resolverlos de la mejor manera…

R: ¿Y usted ve posible llegar a esos acuerdos en caso de llegar a la Presidencia?

B: Sí, el funcionamiento del sistema político uruguayo tiene un grado de civilidad que lo ha demostrado en muchas ocasiones en el pasado, que más allá de venir de vertientes político-ideológicas distintas, hay puntos que todos sabemos que debemos resolver y tienen capacidad de diálogo y negociación. Hablamos de temas como los de inserción externa, los de de las Fuerzas Armadas, los temas de seguridad, educación, seguridad social. O sea, temas que hay que resolver en el próximo período y es fundamental la capacidad de diálogo, negociación y articulación para poder avanzar. Porque estar 5 años sin resolverlos sería trágico para el país.