El incidente del puente Morandi en Génova, es el derrumbe “más grave y dramático” ocurrido en Italia, sin, embargo, no es el único. En años recientes unos 10 puentes y viaductos italianos se han venido abajo, con saldos de vidas que lamentar en muchos de los casos. Miles de ciudadanos de ese país se quejan y exigen a las autoridades explicaciones ante lo ocurrido y que se tomen las medidas correctivas pertinentes. La reciente tragedia ha puesto sobre el tapete el mal estado en el que se encuentran muchas infraestructuras en ese país.

Un problema arraigado

Antonio Occhiuzzi, Director del Instituto de tecnología de las construcciones de Italia, dijo que estos fenómenos están ocurriendo con "preocupante regularidad". En el comunicado emitido, el funcionario reveló cifras alarmantes sobre el estado de los puentes del país. Según Occhiuzzi, al menos 10.000 puentes han sobrepasado el límite de su vida útil. Aseguró que en la mayoría de los casos tendría un menor costo para el Estado demolerlos y construir un nuevo viaducto que reacondicionarlos.

El desastre de Génova deja entrever la existencia de un grave problema arraigado en buena parte del territorio italiano y sus infraestructuras. Más del 80% de las red de carreteras italianas fue construida entre los años cincuenta y setenta, esto quiere decir que muchas de estas estructuras ya han alcanzado los cincuenta años de antigüedad.

Según Ugo Arrigo, profesor de Economia y Transportes de la Universidad Bocconi, el tiempo de vida de estas ha sobrepasado su límite, y más si se consideran las técnicas de construcción y los materiales de la época. Señala el experto que hasta la fecha solo se han realizado pequeñas obras de mantenimiento insuficientes para la naturaleza del problema.

Debe tomarse en cuenta que la antigüedad de las obras es un importante factor de riesgo que sin los adecuados controles y el debido mantenimiento pueden resultar en “una trampa mortal”

A esta situación se suma la calidad deficiente de algunas estructuras de más reciente data, debido al uso de material de baja calidad, con la finalidad de reducir los costos de construcción.

Fallos en los controles

La concesionaria Autostrade, encargada del mantenimiento del puente Morandi, confirmó la realización de los dos controles obligatorios que se corresponde a una inspección visual trimestral y otra inspección más detallada que se ejecuta cada dos años. Ambas evaluaciones son realizadas por técnicos expertos contratados por la empresa, sin embargo, según Antonio di Pietro, no se ha hecho lo suficiente.

Di Pietro, quien fuera ministro de Transporte e Infraestructura durante 2006 y 2008 señala que no se han destinado los recursos necesarios para establecer las medidas de control pertinente en materia de la infraestrutura de los puentes y viaductos. Además asevera que el controlador no puede ser a su vez el controlado.