Sólo un día después de su histórica cumbre con el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, del 12 de junio pasado, el presidente estadounidense, Donald Trump, decidió cantar victoria. "Pyongyang ya no es una amenaza nuclear según Trump". La realidad, sin embargo, es tozuda, y la de la península coreana aún más. Unos satélites espías de las agencias de inteligencia han detectado que el régimen de Kim Jong-un continúa fabricando misiles balísticos. Sus imágenes revelan lo que muchos expertos ya han advertido: la desnuclearización de Corea del Norte, si se produce, será larga, compleja y con muchos tiras y aflojas y contratiempos.

Un caso pronosticado por los expertos

Los norcoreanos están fabricando uno o dos misiles balísticos, según informaron fuentes de los servicios estadounidenses en el diario Washington Post. Estas actividades se han detectado en la planta Sanumdong, donde se produjo el primer misil intercontinental norcoreano con capacidad de llegar a los Estados Unidos. "Los vemos trabajando igual que antes de las negociaciones", dijo un funcionario de inteligencia en el diario de la capital estadounidense en condición de anonimato.

La noticia llega una semana después de que la página web 38 North especializada en temas Norte Coreano llegara a la conclusión, también a través de imágenes satélite, que el régimen de Kim ha comenzado el desmantelamiento de la estación Sohae.

La instalación, según los expertos, es clave para el programa norcoreano de misiles balísticos. Sin embargo, este paso sería "una excepción", según el funcionario que habló con el Washington Post.

¿Una promesa rota?

Trump el 12 de julio publicó en su cuenta de Twitter una carta que envió Kim Jong-un y en la que destacaba el inicio de una nueva etapa entre los dos países.

"Estamos haciendo grandes progresos", escribió Trump. Al final de su encuentro en Singapur, los dos líderes acordaron la desnuclearización de la península coreana y mantener su diálogo. Kim Jong-un, además, aseguró a Trump que su promesa de abandonar las armas nucleares era "firme".

El cara a cara fue sólo el inicio de unas negociaciones que se esperan largas.

El gobierno estadounidense no ha explicado detalles sobre cómo y cuándo se hará la desnuclearización, pero Corea del Norte ya afirmó a principios de julio que la demanda de desnuclearización "unilateral y forzada" que le hizo el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, era "lamentable" e iba "en contra del espíritu de la cumbre".

La revelación de algunos funcionarios de inteligencia al Washington Post no es la primera que choca con el optimismo del presidente Trump. A finales del mes de junio explicó a varios medios estadounidenses que creían que Corea del Norte había aumentado la producción de combustible para armas nucleares y que no tenía intención de renunciar plenamente al arsenal nuclear.

Pompeo, en una audiencia en el Senado de Estados Unidos de la semana pasada, confirmó esta información.

"Sí, es correcto, continúan produciendo materiales fisionables", respondió el jefe de la diplomacia estadounidense. Estos materiales se podrían utilizar para fabricar misiles nucleares.

Funcionarios de inteligencia han compartido también a la agencia Reuters las imágenes de infrarrojo del Washington Post. En las imágenes se ven vehículos entrando y saliendo de la planta a Sanumdong, pero no muestran si han avanzado en la posible construcción de misiles balísticos intercontinentales. Pyongyang aún no ha probado un vehículo de reingreso confiable capaz de sobrevivir al viaje de alta velocidad a través de la atmósfera de la Tierra y llevar una ojiva nuclear a su destino, según explicó otro funcionario también en condición de anonimato a Reuters.

"Es posible que cualquier misil nuevo que Corea del Norte esté construyendo sea una nueva prueba de estos vehículos y de sistemas de guía más precisos", dijo. Los norcoreanos "no parecen haber resuelto" los problemas que tienen con los motores.

La Casa Blanca se negó a comentar estas noticias porque es su política no hablar de información de los servicios de inteligencia. Las negociaciones entre Estados Unidos y Corea del Norte continúan, pero las últimas revelaciones podrían incrementar la desconfianza que existe entre los dos países.