Muy poco ha durado el acuerdo "colegiado" que este viernes llegó al Gobierno británico para dejar la Unión Europea con un Brexit suave, propuesta defendida por la 'premier' Theresa May durante una reunión de doce horas con sus ministros. La madrugada de este lunes, David Davis, el ministro del Brexit y encargado de negociar el acuerdo de retirada con la Unión Europea (UE) y uno de los pesos pesados ​​del Ejecutivo, ha dimitido.

En la carta enviada a la 'premier' May, Davis asegura que "la actual tendencia política y táctica" está haciendo que cada vez sea "menos probable" que el Reino Unido salga de la unión aduanera y del mercado único.

Steve Baker, otro de los responsables del departamento del Brexit, también ha presentado su dimisión.

La renuncia de Davis es un duro revés para Theresa May

La dimisión de Davis se produce horas antes de que Theresa May se reúna con los parlamentarios de su partido con la intención de persuadirlos de la conveniencia de aceptar el acuerdo al que se comprometió su Gobierno.

Davis, sin embargo, asegura que no estaba nada convencido de que el enfoque de la negociación con Bruselas "no conduzca a demandas de más concesiones" por parte de la Unión Europea. "En el mejor de los casos, la dirección general de la política nos dejará una posición negociadora débil y, posiblemente, sin opciones" expresó Davis.

Theresa May, a su vez, le ha asegurado que no está de acuerdo con su "caracterización de la política" que acordaron el viernes en el Consejo de Ministros. A falta de la respuesta de Bruselas, el plan de May para dejar la UE incluía la creación de un área de libre comercio para bienes, lo que evitaría los controles de aduanas y mantendría abierta la frontera de Irlanda, pero no para servicios.

Para hacer posible este libre comercio, el Reino Unido mantendría una equivalencia regulatoria con la Unión Europea, y sometiéndose, en los casos de disputa, a la autoridad del Tribunal Europeo de Justicia.

La dimisión de Davis es la primera de una serie que podrían producirse

Durante las próximas horas, si otros de los 'brexiters' radicales deciden recoger muchas voces críticas dentro de los conservadores, que consideran la propuesta de May una traición al resultado del referéndum de junio de 2016.

Sin la presencia de Davis, al gobiern será muy difícil para la 'premier' mantener el precario equilibrio que hasta ahora ha conseguido preservar entre las dos facciones de su gobierno e incluso del partido: los favorables a una relación lo más cercana posible con la UE.

Davis se reunió la mañana de este domingo con May en Downing Street para intentar acercar posiciones. May había advertido el viernes a sus ministros que tras el acuerdo colegiado a que se había llegado no toleraría más indisciplinas ni protestas veladas filtradas a través de la prensa, como ha sido práctica habitual los dos años. De hecho, este viernes se cumplirá el segundo aniversario de la designación por su partido de primera ministra en sustitución de David Cameron.

El futuro político de Theresa May, prácticamente en entredicho desde que ocupa el número 10 de Downing Street, aparece esta mañana mucho más incierto que hasta ahora.