Unas horas después del anuncio de nuevos aranceles a las importaciones de acero y aluminio, del 25% y el 10% respectivamente, para proteger a los productores estadounidenses, Donald Trump ha escrito en su cuenta de Twitter que las guerras comerciales son buenas y fáciles de ganar.

Varias horas más tarde, el portavoz del Ejecutivo comunitario, Alexander Winterstein, ha contestado en rueda de prensa “ vamos a reaccionar de forma rápida, firme y proporcionada, respetando eso sí las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) “.

Después de esto, la Comisión Europea ha decidido discutir el próximo miércoles la imposición de aranceles de hasta el 25% a determinados productos procedentes de EEUU (Harley-Davison, el bourbon, los pantalones Levis…)

Posibles consecuencias de la guerra comercial

La relación comercial entre EEUU y la UE es muy amplia. Por ejemplo, las exportacions de acero y aluminio (productos afectados por el arancel ) de la UE a EEUU supusieron 5.300 millones de euros para la industria del acero y 1.100 millones de euros para la del aluminio. Esta cifra puede verse reducida considerablemente por las nuevas medidas,, perjudicado a los productores europeos en favor de los americanos.

Por su parte, la industria americana verá como se incrementan sus costes de producción traduciéndose en una subida de precios que tendrá que soportar el consumidor.

Una industria que puede verse muy afectada es la automovilística, industria que Trump trata de recuperar y proteger.

Los consumidores europeos también pueden notar el incremento de precio de determinados productos americanos. Sin embargo, el mayor perjudicado por el arancel será Canadá ya que es el principal socio comercial de EE.UU en este sector, muy por delante de China y la UE.

La contracción de los mercados

Hemos visto como estos días el CEO de la segunda cadena de supermercados de Reino Unido, Sainsbury´s, ha avisado a Theresa May de que si se lleva a cabo un Brexit “duro” podría haber una escasez de alimentos sin precedentes. Esto podría ser una consecuencia directa de este tipo de políticas aislacionistas.

El intercambio de bienes y servicios se ve reducido por estas barreras lo que provoca que los mercados se cierren en si mismos. Este menor intercambio entre regiones originará que se comercialice una menor variedad de productos y una posible subida de precio de los productos que se sigan vendiendo.

Los expertos del banco alemán Commerzbank nos advierten que los aranceles sectoriales impuestos en otras épocas de la historia han tenido más efectos negativos que positivos. Al principio podremos ver como disminuye el desempleo por la relocalización de la producción, pero a la larga la meno competencia provocará la subida de precios y que las empresas no sean todo lo competitivas que podrían llegar a ser.

En el momento que se revierta la situación, las empresas no competitivas cerrarán, llegando a una situación peor que la inicial y por lo tanto aumentando el desempleo en mayor medida que cuando disminuyó al proteger la economía.