Llevamos ya casi año y medio viendo como la primera potencia mundial es dirigida por un hombre poco convencional en política, Donald Trump. Personaje más conocido en el exterior por sus comentarios inapropiados, salidas de tono y poca elegancia [VIDEO]. Pero, dentro del país no se le ve así o no se le tiene en cuenta y las últimas estadísticas dan a Trump esperanzas de prolongar su mandato en la Casa Blanca. ¿Cuáles son las razones?

Descontento hacia la clase política

Lo primero que debemos saber es el descontento de la ciudadanía estadounidense, principalmente la clase media, hacia el stablishment representado principalmente por Hillary Clinton.

Estos ciudadanos han visto como la política se alejaba de la realidad del país. Las políticas demócratas de legislaturas pasadas solo consiguieron enfurecer a una clase media que veía como la presión fiscal aumentaba, bajaban sus salarios o incluso perdían sus puestos de trabajo al ver como la temida globalización se llevaba las fábricas a México.

La supuesta contrapartida debería haber sido la mejora en servicios sociales, tales como sanidad, protección civil o educación, de los cuales solo se ha beneficiado una pequeña parte de la sociedad mientas que la clase media debía seguir pagando sus seguros privados porque la cobertura no llegaba a ellos.

La economía, lo primero

Por otro lado, a los americanos les da igual el saber estar y formas de su presidente si sienten que la economía avanza.

Y así es, desde la elección de Donald Trump, los índices bursátiles más importantes de EE.UU. (Nasdaq, Dow Jones...) no han dejado de marcar máximos históricos, el desempleo disminuye estando en el nivel más bajo desde el año 2000 y además suben los salarios de los trabajadores.

Esto no es cosa de magia, dos políticas podrían explicar bastante bien estos sucesos: la primera, la renegociación de NAFTA, el Tratado de Libre Comercio con México y Canadá, para evitar que continúe la deslocalización de las empresas americanas y que vuelvan a producir en suelo americano; la segunda, la rebaja fiscal a empresas más importante de la historia de Estados Unidos, que se ha traducido en un aumento de los salarios de los trabajadores y de la inversión privada.

Por lo tanto, los americanos están contentos con la gestión de su presidente y posiblemente salga reelegido si sus rivales políticos no cambian la actitud hacia la ciudadanía y comienzan a mirar por la mayoría, la clase media. Hasta entonces tendremos que seguir aguantando las formas y salidas de tono del político menos político de la historia de los Estados Unidos.