De acuerdo a un informe realizado por la Organización de las Naciones Unidas, en el pasado año, se calcula que unas 124 millones de personas de 51 países necesitaron ayuda humanitaria de manera urgente, principalmente debido a las graves crisis alimenticias que azotan el planeta, las cuales continúan empeorando debido a los diferentes conflictos globales.
Distintas agencias de las Naciones Unidas, en colaboración con otros socios, elaboró el informe mundial sobre crisis alimentarias. Allí se resalta el hecho de que la cantidad de personas con Hambre agudo en el mundo se ha incrementado en 11 millones, lo que equivale un 11% anual, si se comparan los mismos 45 países analizados en éste informe y el realizado el año anterior.
Otro caso preocupante es el aumento de personas en situación de inseguridad alimentaria: en el año 2016, hubo 108 millones de seres humanos, de 48 diferentes países, en ésta grave situación, frente a los 80 millones que había en el 2015.
Las crisis, las principales responsables
José Graziano Da Silva, Director General de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura, habló en una conferencia y explicó que "dos de cada tres personas con hambre proceden de países donde se viven crisis prolongadas".
En el año 2017, las crisis alimentarias más severas se vieron en Somalia, Yemen, noreste de Nigeria y Sudán del Sur, donde se calcula que unos 32 millones de personas necesitaban ayuda urgentemente, ésto es, un 16% más que el año 2016.
En Febrero de 2017 la hambruna declarada en éste último país pudo ser contenida gracias a la ayuda de emergencia, sin embargo la situación en las demás naciones continúa siendo muy delicada.
De acuerdo a lo dicho por Da Silva, es posible evitar éste tipo de catástrofes con la información disponible, e insistió a mantener los medios de vida en esos países, con el objetivo de que la ayuda internacional sea "mas efectiva y menos costosa".
Volviendo al informe, se detectó a los conflictos como la principal causa de la inseguridad alimentaria en 18 países, de los cuales 15 se encuentran en Oriente Medio y África, viéndose afectadas unas 74 millones de vidas, ésto es, el 60% del total de los casos agudos de hambre.
Los desastres naturales, en especial la sequía, afectaron la alimentación de 39 millones de personas en 23 países, destacándose Zimbawe, Etiopía y Bangladesh entre los más perjudicados.
Se estima que en 2016 unas 815 millones de personas pasaban hambre, aunque éste reciente estudio se centró en los casos más graves. Para el 2018, se espera que los conflictos sigan aumentando la crisis alimentaria en países como Afganistán, la República Democrática del Congo, Sudán del Sur, Libia y Nigeria, entre otros.