Mayo, el quinto mes del año, deja atrás el invierno para traer consigo la primavera. De su mano vienen los paisajes, de nuevo poblados de colores; las temperaturas se elevan notoriamente y nos vamos acercando poco a poco al verano. Esto es algo que saben todos. Lo que muchos desconocen es que mayo también es el mes de la Concientización de la Salud Mental. Y aunque se le atribuyó a este mes, es importante ser conscientes todos los días del año.

Actualmente, y por desgracia, se siguen minimizando estos problemas catalogándolos como sinónimos de "malas rachas" o "bajones puntuales". En otras palabras, algo que es temporal y no merece tanta importancia. Hay muchas enfermedades mentales que tienen solución y salida, logrando deshacernos de ellas; sin embargo, muchas enfermedades mentales son crónicas, aunque esto no quita que puedan ser tratadas.

Es importante darnos cuenta de que la salud mental, así como las enfermedades mentales, tienen la misma validez e importancia que las físicas. A diferencia de estas, las enfermedades mentales no necesariamente tienen que ser visibles, y cualquiera puede estar sufriendo mucho en silencio.

Según escribe ellatinoonline, "una de cada cuatro personas en el Condado de San Diego tiene problemas de salud mental, y según la agencia de Servicios de Salud Mental (MHSA) de San Diego los latinos son mas propensos a sufrir de la depresión, ansiedad y abuso de sustancias." Hace más de sesenta años, el Congreso de los EE.UU. declaró mayo como el mes de la Concientización de la Salud Mental, para aumentar más el conocimiento hacia este tema pues parte de la indiferencia e ignorancia hacia el mismo se debe a la falta de información. Debido a los prejuicios, sólo una de cada tres personas que padecen una enfermedad mental pide ayuda.

Se define muy fácilmente, y por error, a un enfermo mental como un "demente", alegando que no es lo mismo sufrir, por ejemplo, de diabetes que de una depresión.

La depresión no tiene nada que ver con ser perezoso o débil, ni con no trabajar lo suficiente, sino que se trata de un cambio químico o función cerebral. Y lo mismo ocurre con el resto de enfermedades mentales: no se trata de algo voluntario.

Son muchas las personas cuyas enfermedades mentales les llevan a la muerte, y son muchas las que tienen miedo de pedir ayuda. Por ello es tan importante ser conscientes de que una persona con una enfermedad mental no deja de ser un ser humano que merece atención, cuidado y ayuda. Las enfermedades mentales afectan a cualquier persona.

Por suerte, con los años, cada vez hay más conciencia de ello, más tratamientos a disposición de los que padecen de ello y más soluciones para conseguir tratarlas poco a poco, hasta lograr erradicarlas.