El bicarbonato de sodio es un químico alcalino que desde la época de nuestras abuelas se le da muchos usos en beneficio de la salud por sus propiedades y beneficios que aporta.
En la repostería el bicarbonato de sodio es considerado el polvo leudante más potente, incluso que el polvo de hornear. Es importante que sepas que por ser un leudante más potente en la repostería no quiere decir que lo puedas usar en cualquier preparación.
Los polvos leudantes en la repostería se incorporan a las preparaciones con el objetivo de obtener más aire en la mezcla y que este ayude a que la estructura alcance mayor volumen.
Levadura
Un fermento natural producto de un hongo que además también produce enzimas, las cuales provocan modificaciones bioquímicas relevantes en productos orgánicos naturales como la fermentación. Son capaces de transformar los azúcares en alcohol y dióxido de carbono. Su uso en la repostería es más habitual en la panadería.
Por ser un fermento es necesaria la inversión de tiempo de reposo, a nuestra preparación, para que alcance la fermentación respectiva. Se presenta en pasta o bien liofilizada, cada uno con igual acción, se mezcla con agua tibia antes de añadirlo a la harina.
Polvo de hornear
Un producto químico que se usa para dar Esponjosidad, por su liberación de dióxido de carbono, así como de mantener la humedad en pasteles.
Denominada levadura química, su uso en la pastelería es más común por no necesitar tiempo de reposo la preparación, lo que permite un trabajo más rápido. Se utiliza en pequeñas cantidades agregando a la mezcla con otros ingredientes secos, tamizando para ayudar en el logro de la esponjosidad deseada.
Bicarbonato de sodio
Un leudante químico fácil de encontrar y económico.
En la repostería el uso de este es muy habitual, solo que por ser un alcalino es necesaria la combinación con un ácido y lograr la reacción ácido- base para obtener dióxido de carbono y suban los pasteles satisfactoriamente.
Al igual que otros polvos leudantes su uso es limitado para algunas preparaciones pero su uso en pasteles como el de red velvet es vital, combinado con vinagre, ya que es uno de los responsables de esa textura aterciopelada característica de este postre.
Así mismo los expertos pasteleros sugieren su uso para aligerar la harina y lograr una miga más ligera en los pasteles, razón por la cual muchos la añaden en pequeñas proporciones al tamizado de los ingredientes secos.