¿Cómo es posible que un paso de diferencia marque el resto del día?
Voy andando por la calle, con el sol en la cara y mirando a la gente que se cruza en las abarrotadas calles del centro de Madrid. Las dimensiones y algunas zonas son realmente preciosas, es un buen día y entonces... Me apetece tomarme una caña y algo para picar. Aquí viene sin saberlo, una de las decisiones más importantes de un día normal y corriente.
El centro de Madrid es un lugar complejo. Evidentemente no para un nativo, pero si para un ser humano estándar, es decir, si todo va bien tiene al menos un trabajo y llega muy justito cada mes. Cuando quieres tomarte una caña y solos tienes 10 euros en el bolsillo puedes hacerlo y que te sobre para comprar algo en el super y un café a la mañana siguiente, o puedes tener que pedir prestado para volver en el metro a casa tras tus 23 paradas, porque tú en el centro no vives.
Qué mala suerte
Eso piensas cuando entras con tu cara de nuevo a los sitios. Un refresco y una caña, con sus respectivos aperitivos incluidos en el precio: 7 euros.
¿Cómo puede ser si el refresco parece un anuncio de solo 20cl de duración y la caña es un doble? Lo que no sabes es que la "caña" cuesta 3,50 y el refresco 2,50. Tan caro que parece Noruega, sin olvidar el suplemento por salirte a la calle de pie en un barril. Si, eso se considera terraza.
Extraña sensación al dia siguiente cuando pasas por el mismo sitio, con la misma cara y las mismas ganas de tomarte una caña y algo de comer. Y piensas si deberías hacerlo o lo mejor es seguir recto sin mirar a los lados. ¿Cómo que no puedo tomar una cerveza? ¿En qué nos hemos convertido?
Entonces ocurre
Decides parar. Por supuesto no en el mismo, pero uno de aspecto similar. Está al otro lado de la calle, parece también el típico bar, no uno de esos al que va la gente de Noruega con sombrillas y estufas de diseño.
Entras con miedo, porqué el otro también te había dado esa sensación y luego pasa lo que pasa piensas. Pero al entrar ahí está, bien grande, escrito en pizarra verde de toda la vida, medio borrado porque no lo cambian desde el 82, como debe ser. Caña y pincho de calamares: 2,50. Sonríes y te invade la tranquilidad de tu casa, sabes que hoy si que lo has hecho bien. Lo sabes.
Aun así sabes que a partir de hoy empieza el juego, el juego de llegar a un sitio y tener que estudiar las entradas, los olores, mirar discretamente por las ventanas a ver si ves alguna señal de que puedes pasar tranquilamente y tomarte una caña con tu pincho.