El jueves saltó la noticia del despido del Director Técnico de McLaren, Tim Goss, un despido de los que se puede considerar TOP, pues es el máximo responsable del diseño de los monoplazas de McLaren de los últimos años, junto al Jefe de Aerodinámica Peter Prodromou, pero parece que la reestructuración va a ser profunda en el seno de Woking.

McLaren, un gigante a la deriva

Los problemas que presenta una escudería histórica como McLaren, van más allá de los ocurridos en los últimos tres años de etapa McLaren-Honda. Se remonta al año 2013, cuando McLaren, por aquel entonces motorizado por Mercedes, decidió adoptar un nuevo modelo de coche abandonado la base ganadora hasta 2012, a falta de un año de cambio de reglamento.

Mientras que otros equipos, como Mercedes, se centraban en el diseño del monoplaza del año 2014, año de entrada de los V6 Turbo híbridos, McLaren hizo borrón y cuenta nueva en el diseño del coche del año 2013, año de transición, destinando recursos innecesarios a un proyecto fallido que lastró su incorporación a la nueva era turbo-híbrida.

Además 2013, fue el último año en que McLaren contó un sponsor premium, como era Vodafone, desde entonces y dado el empeño de Ron Dennis de no firmar con cualquier sponsor, hizo que se cortara el grifo económico, y con ello las posibilidades de contar con dinero para afrontar las evoluciones y reconstrucción que McLaren necesitaba, pero que por aquel entonces no preveían.

2012, última victoria de McLaren

Lewis Hamilton y Jenson Button formaban la dupla de pilotos, 100% británica, en 2012 cuando se produjo la última victoria de los de Woking. Desde entonces, tras el mencionado proyecto fallido de 2013, con los pilotos Sergio "Checo" Pérez y Jenson Button al volante, sólo han conseguido un podio doble, de carambola, en el Gran Premio de Australia del año 2014, con Kevin Magnussen y Jenson Button, en la primera carrera de la era turbo-híbrida y gracias al bestial rendimiento del propulsor Mercedes.

En 2015, se produce la debacle total con la llegada de Honda

Ron Dennis, en su empeño de demostrar que como un equipo cliente no podían batir a un fabricante como Mercedes, visto el dominio de los germanos durante el 2014, decidió apostar por Honda para el año 2015.

Los nipones fuera de la Fórmula 1 desde el año 2008, en la era de los V8 atmosféricos, se presentaron con la esperanza de volver a desempolvar los viejos laureles de victorias que consiguieron durante la época Senna/Prost.

Dos nombres volvían a unirse McLaren y Honda, sólo nombrarlos eriza el vello, volvían los buenos tiempos de épica, de gestas, de imbatibilidad, de dominio, y además en el apartado económico se aseguraban algo más de 100 millones de euros, así como al mejor piloto de la parrilla, Fernando Alonso, alentado por un montón de promesas y tecnología punta por parte de Honda, así como una reconciliación con Ron Dennis, tras el turbulento 2007. Sobre el papel un proyecto win-win, tecnología, dinero y talento al volante.

La realidad fue la que desgraciadamente conocemos, Honda no sabía donde se había metido, cambiaron el diseño del motor en dos ocasiones, hizo perder credibilidad y prestigio a McLaren, así como sus sponsors, el despido de Ron Dennis y su sustitución por Zak Brown, y la mayor frustración aún de Fernando Alonso, sólo frenada por el hábil nuevo CEO permitiendo que participara en otras categorías como WEC o Indy.

2018 y Renault, regeneración o debacle definitiva

Actualmente, McLaren se encuentra en plena reestructuración interna, con la intención de intentar conseguir victorias de aquí a 2020, pero los esfuerzos y planes ya han sido trazados y apuntan al nuevo cambio reglamentario 2021 como fecha marcada en rojo. Tim Goss ha sido el primero de los múltiples despidos que se esperan en los próximos meses en cuanto a personal, se esperan cambios en instalaciones también y todo apunta a que Fernando Alonso abandonará el equipo este próximo verano, en el que se presenta un mercado de pilotos muy interesante.