Un joven Miguel Hernández, con solo 31 años, tras un período de persecuciones, cárceles y enfermedad, dejó de crear arte en el papel aquel 28 de marzo de 1942.
Todos conocemos el nombre de este poeta y, posiblemente, alguna vez en nuestra vida habremos escuchado sus poemas, aunque ahora no caigamos en la cuenta de cuáles son.
Por eso, aprovecharemos este día para rememorarlo y contaros rápidamente qué destacó a Miguel Hernández para que su nombre quedara en los Libros de historia de la literatura para siempre, otras Curiosidades y, para que sepáis más sobre su legado, algunos lugares que podéis visitar estas vacaciones de Semana Santa.
Miguel Hernández, así creció como poeta
Miguel Hernández, original de Orihuela (provincia de Alicante), se enriqueció en su etapa juvenil de la literatura de los Siglos de Oro españoles, por nombrar algunos: Lope de Vega, Luis de Góngora y Miguel de Cervantes. De la mano de estas lecturas, le vinieron las ganas de escribir poesía le venían desde muy joven.
Después, a comienzos de los años 30 fue a Madrid, donde entró en contacto directo con los de la conocida Generación del 27 (que en su mayor parte eran poetas, ¡pero no todos!) y a partir de ahí, su carrera como poeta fue cada vez a más.
Su poesía también fue la que lo llevó a la cárcel. Su nueva producción, El hombre acecha, fue interceptada por orden del régimen franquista.
A partir de aquí, huyó a diversos puntos de España, pero finalmente fue encarcelado (no estuvo siempre en la misma cárcel) y murió entre rejas, aunque no dejó de escribir hasta el final de sus días.
Algunas curiosidades
Las famosas Nanas de la cebolla fue uno de los poemas (algunos quizá conozcáis más la canción que se hizo de él) que Miguel Hernández escribió desde la cárcel y su inspiración fueron las cartas que su mujer, Josefina Manresa, le enviaba y le decía cómo estaban ella y su hijo.
Cuando le añadieron música, este fue el resultado.
Con tan solo 20 años, consiguió con su poema Canto a Valencia su primer y único premio literario. Además, con él no obtuvo más beneficio que el reconocimiento de dicho premio, porque no le dieron dinero alguno por ello.
El retrato que incluimos en este artículo lo realizó, mientras Miguel estaba encarcelado, su compañero Buero Vallejo, un célebre escritor español con quien tuvo una gran afinidad.
El poema Andaluces de Jaén (“aceituneros altivos, decidme en el alma quién, quién levantó los olivos?”) es el actual himno de Jaén. ¿Por qué Miguel Hernández, a pesar de ser de Orihuela, habló tanto de esta tierra? Porque su mujer, Josefina, era natural de Quesada (Jaén). Y enlazando con esto último...
El legado de Miguel Hernández sigue vivo, ¡puedes comprobarlo!
Hay lugares que podemos visitar donde aún se respira el ambiente en el que vivió Miguel Hernández. Comparto contigo algunos de ellos:
En Quesada (Jaén), se inauguró no hace mucho tiempo un museo dedicado al poeta y su mujer en el que se alberga parte de su legado: Museo Miguel Hernández. También en Orihuela (Alicante) está disponible a los visitantes la casa-museo de Miguel Hernández.
He de decir que, tanto de un lugar como de otro, podéis consultar más información en sus páginas web.
Y en torno a este autor no solo surgen lugares que visitar, sino también ganas de escribir. Para todos los que os mueva el espíritu poético, todos los años se crean, sobre todo en el entorno de Orihuela, concursos y certámenes de poesía a nivel nacional e internacional para homenajear al poeta. Uno de ellos es el premio Miguel Hernández-Comunidad Valenciana. Es más, no quedan muchos meses para que se abra la nueva convocatoria, así que ya sabéis: solo tenéis que estar al tanto de las fechas y ¡enviar vuestras creaciones!
Finalizo reavivando la llama de los versos de Miguel, con la última estrofa del poema Sentado sobre los muertos (1937):
...
Aquí estoy para vivir
mientras el alma me suene,
y aquí estoy para morir,
cuando la hora me llegue,
en los veneros del pueblo
desde ahora y desde siempre.
Varios tragos es la vida
y un solo trago es la muerte.