La época que nos ha tocado vivir, es una época ultra higiénica, quizás en exceso ya que tenemos millones de productos de higiene a nuestro servicio, cada uno prometiendo acabar con los gérmenes que otros no consiguen eliminar. Jabón de manos, champús cargados de productos químicos, detergente para la ropa, limpiadores químicos para la casa, incluso para las zonas íntimas, todo debe ser limpiado a día de hoy.

Pero durante la Historia no siempre ha sido así, ¿se imaginan al vecino, tirando sus residuos por la ventana, a la voz de "agua va"?.

Pues aquí les presento estos 5 increíbles hábitos de higiene en la época medieval.

Vestimenta

La ropa usada era lavada con cenizas y orina, no se solían cambiar la ropa en meses, un ejemplo de ello era la reina Isabel La Católica, que solo se bañó y cambió las ropas interiores dos veces en su vida. Como apenas se cambiaban de ropa, era obvio que estuviera plagada de todo tipo de bichos.

El hogar

El hogar también se aplica a nuestra higiene diaria, no solamente la corporal. En el medievo, los suelos estaban recubiertos de paja y para disimular el mal olor se mezclaban flores secas como lavanda, pétalos de rosa, manzanilla y margaritas. Los colchones, hechos en su mayoría por farfolla y cereal seco, eran una fuente de todo tipo de bichos, en su mayoría piojos, chinches y liendres.

Las camas estaban a ras del suelo y los animales solían acostarse en ellas, por lo que se construyeron camas de cuatro patas y un pequeño techo para aislarlas de estos animales.

El baño

El baño era un práctica muy poco común. Podían pasar meses o años sin que las personas se bañaran. Aunque había baños públicos, eran demasiado caros debido al agua caliente, así que familias enteras compartían el mismo agua para bañarse.

Y eso solo ocurría en las familias nobles, ya que los pobres tenían que irse al río a bañarse, por lo tanto, no era una práctica cotidiana. Para disimular los malos olores, los más pudientes utilizaban esencias o perfumes, mientras que los más pobres utilizaban flores frescas.

Higiene dental

En la Edad Media, se disponía del servicio de dentistas, aunque solo imaginarse extraerse un diente sin anestesia, hacía que en aquella época, no fuese muy agradable acudir a ellos, pero cuando era necesario, no había más remedio.

En la Edad Media, se limpiaban con trozos de tela con cenizas de romero. No existían las dentaduras, y debido en parte a la malnutrición y pésima higiene, era muy común la falta de piezas dentales desde edades muy tempranas.

Retretes y letrinas

Aunque a día de hoy prácticamente hay baños públicos, no tienen nada que ver con los que había en el medievo. Compartir baño en aquella época, era algo que a día de hoy sería tan repulsivo que no seríamos capaces de hacer nuestras necesidades ahí. Las familias nobles tenían pequeñas letrinas apostadas en las paredes del castillo, el retrete tenía un agujero que daba directamente al vacío o precipicio del castillo, así los residuos orgánicos caían directamente.

Para la gente menos pudiente, existían las bacinicas que se vaciaban por la ventana de la casa hacia la calle gritando "¡agua va!" para alertar a las personas que fueran caminando por la calle para que se apartaran.

Como has podido comprobar, en el Medievo, no era nada fácil vivir de manera higiénica, tampoco era común y hasta se consideró pecado y dañino para la salud, algo completamente impensable hoy.