A pesar de su mala reputación popular, asociada como está a culturas donde el placer parece más importante que trabajar, es un hecho comprobable que la siesta es una práctica muy saludable. Esto ya se sabía. Pero ahora un nuevo estudio liderado por investigadores de la universidad parisina de la Sorbona ha concretado cómo beneficia la siesta nuestra salud. La respuesta es que ayuda a recuperar el nivel normal de las hormonas y proteínas implicadas en funciones corporales importantes.
El estudio es muy reducido en cuanto a los participantes (sólo 11), pero sus autores se muestran convencidos de que los resultados son extrapolables al conjunto de la población.
Estos once hombres, sanos y jóvenes, durmieron sólo dos horas por la noche. Al día siguiente, presentaban un nivel muy elevado de noradrenalina. El resultado: un aumento del ritmo cardíaco, la tensión arterial y la glucosa, un cóctel que se pone en marcha en situaciones de estrés y que resulta especialmente peligroso. Además, presentaban un nivel muy bajo de la interleucina 6, una proteína encargada de luchar contra los virus.
Ahora bien, después de una breve siesta -de 30 minutos- tanto los niveles de la hormona como los de la proteína habían vuelto a la normalidad en todos los participantes en el estudio. La conclusión del equipo de científicos, publicada en el Journal of Clinical Endocronology & Metabolism ', es clara: la siesta ayuda al cuerpo a recuperar los sistemas necesarios para una correcta actividad neurológica, endocrina e inmunológica.
dormir poco incrementa el riesgo de padecer obesidad, diabetes, hipertensión y depresión. Además, las personas que duermen poco son menos productivas en el trabajo y tienen más posibilidades de sufrir accidentes. Sin embargo, un porcentaje importante de la población duerme menos horas de las necesarias, como consecuencia del modelo de vida o a veces por problemas físicos.
Es este segmento el que se podría beneficiar de los efectos restauradores de una siesta, concluye el estudio, que apunta en concreto a las bondades que dormir por la tarde tiene para los trabajadores nocturnos.
Aún así, dormir mucho tampoco es bueno y no es necesario dormir tanto como se creía hasta ahora. La National Sleep Foundation, una prestigiosa organización de EE.UU.
centrada en el estudio y tratamiento de los trastornos del sueño, publicó unos nuevos baremos de cuántas horas hay que dormir al día. Con la excepción de los recién nacidos, los nuevos baremos sacan horas de sueño a los anteriores. Los médicos han llegado a la conclusión de que es posible llevar una vida sana durmiendo un poco menos de lo que se creía hasta ahora. Pero, ¿cuántas horas son suficientes?
0-3 meses: 14-17 horas al día
4-11 meses: 12-15 horas
1-2 años: 11-14 horas
3-5 años: 10-13 horas
6-13 años: 9-11 horas
14-17 años: 8-10 horas
18-64 años: 7-9 horas
A partir de los 65 años: 7-8 horas
¿Cuántas horas dormís vosotros?...
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