Desde hace siglos, el monumento megalítico de Stonehenge ha despertado la intriga y curiosidad de miles de personas. Esto ha propiciado que surjan múltiples debates entre expertos respecto a cómo es que estas rocas de gran tamaño pudieron ser transportadas.

En particular, llama la atención la piedra del altar, ya que se ha reportado que alcanza un peso de hasta seis toneladas. A pesar de la incertidumbre, dos científicos de origen británico recientemente han hecho pública una nueva teoría que arroja luz respecto al origen de las enormes piedras, así como de la ruta que se empleó para trasladarlos de Gales a la llanura de Salisbury.

Los científicos que descubrieron nuevas teorías

Richard Bevins y Rob Ixter, investigadores del Museo de Gales y de la Universidad de Leicester respectivamente, se dieron a la tarea de examinar los estudios efectuados por el geólogo Herbert Henry Thomas. Estos trabajos por mucho tiempo fueron calificados como los únicos capaces de dar explicación al trayecto de las rocas.

No obstante, con el acceso a innovadoras tecnologías de análisis, como la exploración de imágenes, se han realizado nuevos descubrimientos. El más importante se refiere al hecho de que las localizaciones antes consideradas como centro de origen de las piedras azules de Stonehenge, ahora pueden ser descartadas.

¿Cuáles son las nuevas hipótesis?

De acuerdo al estudio de Bevins e Ixter publicado en la revista Antiquity, las rocas podrían tener orígenes distintos dependiendo de sus características. Se piensa que las piedras pequeñas pudieron provenir de las montañas Preseli mientras que las de mayor tamaño podrían ser originarias de las llanuras de Marlborough.

Asimismo, es posible que la piedra arenisca del altar sea vernácula de Senni Beds. Esta formación geológica parte desde el condado de Herefordshire, Inglaterra y llega hasta Llanelli en Gales.

Con base en las hipótesis anteriores que afirmaban que el traslado de las rocas fue a través del mar, los investigadores proponen que el transporte pudo llevarse a cabo a través de una carretera de piedra.

Para ello, los antiguos pueblos pudieron haber empleado balsas y utilizado el acarreo con animales de gran fortaleza física. A pesar de las nuevas explicaciones, este monumento megalítico del siglo 20 a.C. seguirá siendo un gran enigma para todos los curiosos que se inclinan por otras teorías de corte más esotérico o conspirativo.