La linfadenitis caseosa es una enfermedad infectocontagiosa de curso crónico de los ovinos y caprinos, que también pueden padecer otras especies de Animales domésticos y silvestres, caracterizada por la formación de abscesos en los nódulos linfáticos superficiales y profundos, que puede afectar otros órganos como los pulmones.

Etiología

El agente causal es Corynebacterium pseudotuberculosis, un actinomicetal de forma cocobacilar Gram positivo, anaerobio facultativo, no esporulado e inmóvil, que requiere de medio enriquecidos para su crecimiento.

Está filogenéticamente relacionado con el agente causal de la difteria de los humanos, C. diphtheriae, con el que comparte 98,5% de semejanza en sus secuencias de ADN.

Aspectos clínicos

En los rumiantes, la linfadenitis caseosa se caracteriza por la presencia de abscesos supurativos en los nódulos linfáticos superficiales y profundos, así como en otros órganos y tejidos.

El agente penetra por heridas ubicándose en los nódulos linfáticos regionales, dando origen a la formación de pus verdoso y caseoso; también puede producir abscesos pulmonares o en los ganglios mediastínicos y mesentéricos.

En los pequeños rumiantes tiene dos formas de presentación, una externa en la cual se ven afectados los nódulos linfáticos superficiales y el tejido subcutáneo; esta se caracteriza por la formación de abscesos caseosos en dichos tejidos y la forma visceral, en la cual se producen lesiones principalmente en los pulmones y nódulos linfáticos profundos, como los mediastínicos o mesentéricos, aunque también puede afectar otros órganos y tejidos, como los riñones, hígado o glándula mamaria.

Si bien la tasa de mortalidad por linfadenitis caseosa es nula, esta patología produce pérdidas por el tratamiento de los animales infectados, demérito de los cueros y poseen un importante potencial zoonótico.

Prevención y control

Actualmente se está investigando sobre la creación de vacunas contra Corynebacterium pseudotuberculosis, siendo la principal medida de control, el aislamiento de los animales enfermos, evitando dispersar los contenidos caseosos de los nódulos linfáticos afectos en las instalaciones.

Aun así es necesario la consulta a un médico veterinario para que realice el diagnóstico, porque no todo absceso es causado por linfadenitis caseosa. También se hace necesaria la aplicación de estrategias preventivas como verificar el rebaño regularmente para vigilar que no se encuentre ninguna infectada así mismo reducir la contaminación ambiental en el entorno del rebaño.