La fiebre Q es una enfermedad zoonótica causada por la bacteria Coxiella burnetii, una microorganismo en forma de bacilo Gram negativo, intracelular, que afecta principalmente al ganado vacuno, ovino y caprinos, sin embargo, puede afectar a otros Animales domésticos y silvestres. Esta bacteria es similar a las ricketsias, pero presentan claras diferencias desde el punto de vista genético.
Epidemiología y transmisión
El reservorio natural de Coxiella burnetii, lo constituyen las cabras, ovejas y vacas, no obstante, se ha demostrado la infección en muchas otras especies de vertebrados incluyendo varias especies de animales domésticos y salvajes, mamíferos marinos, aves y reptiles.
Es una enfermedad de distribución mundial que afecta principalmente a personas que manipulan o tienen contacto estrecho con caprinos, ovinos y bovinos; también se ha señalado como un riesgo elevado el contacto directo con gatas durante el parto. Se han presentado algunos brotes aislados en el centro de atención veterinaria donde el personal en su totalidad está expuesto a los animales reservorios de la bacteria.
La trasmisión de esta enfermedad se produce por inhalación esporas de provenientes de la placenta, orina, heces, leche o aerosoles que contaminan el ambiente, y aunque el ser humano es muy susceptible a esta bacteria, el 50% de los casos son asintomáticos. También existe la posibilidad de transmisión a través de la picadura por garrapatas y rara vez ocurre de persona a persona.
Signos clínicos de la fiebre Q
Tras un periodo de incubación que oscila entre 10 y 40 días, clásicamente se presenta una sintomatología semejante a un síndrome gripal, caracterizado por fiebre elevada que puede durar entre 7 y 14 días, cefalea intensa, dolor articular y muscular; los síntomas gastrointestinales pueden incluir nauseas, vómitos y diarreas; suele haber confusión y debilidad extrema con síntomas respiratorios, dolor torácico y tos seca.
La enfermedad puede evolucionar a neumonía atípica cursando con distrés respiratorio. En algunos casos, ocurre hepatitis granulomatosa, con dolor abdominal, fiebre y hepatomegalia.
Tratamiento de la Fiebre Q
El tratamiento consiste en la administración de antimicrobianos bacteriostáticos de amplio espectro como el cloranfenicol y las tetraciclinas, y la administración del respectivo tratamiento de sostén en función de los signos clínicos del paciente.