A lo largo de la historia, y en los sucesos personales de cada ser humano, las decisiones que pueda tomar cada persona, se vuelcan en millones de probabilidades, escenarios infinitos. La mente y los pasadizos que tiene el pensamiento individual buscan una salida, entre la luz y la oscuridad, pero más que amor – all yo need is love – muchas veces este sostiene la creencia de la lucha final, aunque el panorama luzca desalentador.
Estamos hechos de desesperaciones y esperanzas, sueños y tristezas. Las sensaciones que nos deja cada experiencia nos acompañan al cruzar la calle, al hablar con otras personas y al cerrar los ojos cada noche.
Virtualmente hay quienes buscan la compañía de una palabra amable, o de un universo donde se pueda ser héroe – o villano – por unas horas. El sentido y la decisión siempre van juntas, respirando cerca del corazón y de la razón.
Buena persona, mala persona
La vida a veces nos pone pruebas y nos encierra en muchas encrucijadas. Es aquí donde los expertos buscan una manera de probar nuestra humanidad. El psicólogo Dries Bostyn – Universidad de Gante, Bélgica – ha desarrollado un dilema, que puso en acción con casos diferentes, pero siguiendo una lógica base. Este experimento se llama “dilema del bienestar del individuo versus el bienestar de un grupo”. Este problema plantea preguntas con posibilidades ilimitadas.
Las preguntas proponen la probabilidad de que salvar cinco personas, es mucho mejor a salvar tan solo a una y si es justo sacrificar a una persona, que no está del todo en un peligro próximo. También se cuestionó si cambiarían de razonamiento si fuesen 5 personas por 100 personas.
El doctor Bostyn, contó con la asistencia de 300 voluntarios, que afrontaron esta disyuntiva.
La situación imaginaria para cada voluntario, consiste en que un tranvía corre sin frenos, y se aproxima sin control para herir a cinco personas que están sobre los rieles. A la persona se le expone que con solo tirar la palanca, podrá salvar a las personas, pero eso conlleva que el tren se descarrile y pueda matar a una persona que está del otro lado del riel.
10 segundos, una sola decisión
El voluntario tenía solo 10 segundos para tomar una decisión rápida y sin “pensárselo demasiado”. Para este experimento se contó con dos jaulas donde había 5 ratones en una y en la otra un ratón. Los ratones no pasaron dolor ya que para esta prueba solo sufrirían un mínimo choque eléctrico. Los números quedaron con el 66% de las personas que si oprimieron el botón del ratón aislado e impidieron el dolor a los otros cinco. Para el 34% de los voluntarios, ejercieron la decisión de no actuar, por lo que los 5 ratones recibirían un chispazo.
El resultado para el doctor Dries B. fue que los individuos no predicen lo que harían en la realidad y que uno de los descubrimientos más excluyentes fueron los sentimientos encontrados, que experimentaron los integrantes