Cuando en un debate se hace apología del capitalismo se suele usar un argumento para defender sus virtudes: triunfar es una combinación de talento y suerte. No iban muy desencaminados. El único error en esa argumentación es que el éxito también es para los mediocres y no siempre para los talentosos. De hecho, parece ser que el intelecto y el conocimiento, la habilidad y el ingenio, o la aptitud y el esfuerzo no son tan importantes.
Estudio llevado a cabo por físicos y economistas
Todo esto tenía un punto de obviedad si se razona con lógica, sino los que poseyeran más inteligencia o talento serían también los más ricos.
Para demostrarlo, 2 físicos, Alessandro Pluchino y Andrea Rapisarda, y un economista, Alessio Biondo, han desarrollado una simulación por ordenador de como se obtiene el éxito entendido como riqueza financiera.
Una simulación que imita nuestro mundo
Este simulacro de la vida consistía en un universo virtual en el que habitaban 1.000 seres que poseían diferentes habilidades en diferentes grados y a los que, como héroes de la antigüedad bajo la influencia de la diosa Fortuna, se les expuso a través de situaciones aleatorias a la buena o a la mala suerte. Para que todos estos individuos empezarán sus trayectorias “vitales” en igualdad de condiciones y tener una referencia medible de su progreso se les asigno el mismo patrimonio de recursos, 10 unidades de dinero.
Durante un periodo simulado de 40 años, una carrera media, su nivel de ingenio, aptitud o empeño irían influyendo en la probabilidad de poder cambiar los golpes de suerte por más de esas unidades. Tras ese lapso, y confirmando que su sistema funcionaba en comparativa con el mundo real, la mayor parte del capital había sido acumulado por un pequeño número de sujetos.
"¿Fueron los más exitosos también los más talentosos?” se pregunta uno de los físicos mientras reconoce que es lo que hubieran "esperado”.
Sorpresa ante la importancia de la suerte
Pluchino admite que se llevaron una sorpresa al descubrir una relación directa entre la suerte y el éxito. Toparse con situaciones afortunadas era la clave para un triunfo extraordinario aunque los talentos individuales de los sujetos fuera menor que el de otros con más capacidades.
Sigue con su análisis comparándolo con nuestro mundo, donde muchos individuos que juzgamos mediocres logran fortuna y éxito de algún modo. Asegura que, “por supuesto”, los talentos, lease inteligencia, esfuerzo, perseverancia o cualquier aptitud que nos pueda beneficiar, si que son necesarios, por lo menos para ser capaces de aprovechar esas ocasiones cuando la fortuna nos sonríe.
El ejemplo de Breacking Bad
Robert Frank, profesor de gestión en la Universidad de Cornell, EE.UU., ejemplifica este hecho con el salto a la fama de Bryan Cranston. Vince Gilligan, productor de Breacking Bad, una de las series mas exitosas de todos los tiempos, propuso desde el principio al hasta ese momento actor de reparto de mediana edad para el papel de Walter White.
Pero fue rechazado por los ejecutivos del estudio que creían que un interprete famoso sería más apropiado. Cuando Mathew Broderick y John Cusack declinaron la oferta para interpretar el papel fue cuando el personaje que le dio fama y fortuna volvió a las manos de Cranston. Consiguió el éxito no por el talento, que evidentemente tiene y usó, sino por la suerte de que los otros 2 artistas de renombre rechazarán el papel de un personaje que ahora se estampa en camisetas y que es un icono de la cultura popular. “Pero el talento únicamente no es suficiente”, acaba diciendo el físico italiano asegurando que, en la reproducción llevada a cabo, los más talentosos solo eran una fracción mínima de los triunfadores.
Un consejo final para tener suerte
Pluchino nos aconseja exponernos a todas las interacciones y ocasiones casuales que estén en nuestras manos. “También es verdad” continua, “que aunque te expongas seguirás necesitando suerte. Pero lo más probable es que no encontrarás oportunidades afortunadas si permaneces encerrado en tu habitación".