La Organización Mundial de la Salud (OMS) define “la Tuberculosis una enfermedad causada por Mycobacterium tuberculosis, una bacteria que casi siempre afecta a los pulmones. Es curable y prevenible la enfermedad”. Esta enfermedad es altamente transmisible y el contacto con este bacilo, presente en las partículas de saliva en un estornudo del enfermo aumenta el riesgo de adquirir la enfermedad, aun cuando existan factores de riesgo que predisponga a padecer la enfermedad; por eso es considerada una enfermedad de salud pública.

Factores de riesgo:

  • Hacinamiento
  • Fumador y antecedentes de alcoholismo
  • Antecedentes de enfermedades metabólicas como la diabetes
  • Sistema inmunológico débil o paciente con VIH (+)
  • No estar vacunado con la BCG
  • Malnutrición o desnutrición

Toda persona con tos por 15 días o más es considerada un paciente sintomático respiratorio y debe ser sometido a todas las pruebas necesarias para descartar esta enfermedad, entre las pruebas se encuentra la baciloscopia por un Bk de esputo y la radiografía de tórax, también existe la prueba de la tuberculina que es una infiltración intradérmica de 0,1 ml de una “proteína purificada de la “old” tuberculina (antigua)” a la que llamaron PPD, que significa Derivado Proteínico Purificado.

Ya realizado el diagnóstico el paciente debe somerterse al tratamiento en dos fases que comprenden 105 tomas de tabletas compuestas de Pyrazinamida, Ethambutol, Isoniacida y Rifampicina, se aplican estrategias de vigilancia como la TAES (Tratamiento Acortado Estrictamente Supervisado) que es vigilar el cumplimiento del tratamiento con supervisión de una enfermera responsable de este programa de salud en los centros asistenciales, que trata de que el paciente cumpla correctamente con la ingesta del tratamiento, para evitar abandono y la farmacoresistencia, recibiendo educación sobre los cuidados y el estilo de vida a partir de el diagnostico.

OMS

Siempre atentos a esta enfermedad de salud pública que perjudica a los individuos ha establecido metas como “la Estrategia Fin a la TB que tiene como objetivo poner fin a la epidemia mundial de tuberculosis", está fue adoptada por la Asamblea Mundial de la Salud en Mayo del año 2014.

Para la OMS es alarmante la incidencia de esta enfermedad en el mundo, en pleno siglo XXI, lo que ha llevado a realizar conferencias y asambleas que evalúen las medidas aplicadas para establecer los correctivos necesarios que eviten mayor propagación y ayuden a un mejor control y su erradicación.