En los últimos años, los estudios sobre la empatía han estado diseñados y enfocados en la importancia de los factores sociales, como las experiencias en los primeros meses de vida y la educación recibida, llegando finalmente a bases biológicas como el análisis de los factores genéticos involucrados.

A medida que avanzan los estudios en este tema, se han involucrados algunas condiciones clínicas que interactúan con los procesos empáticos, como el autismo, la esquizofrenia y la anorexia nerviosa.

Los resultados de una encuesta publicada recientemente por un grupo de científicos de la Universidad de Cambridge, en colaboración con otros grupos de investigación han arrojado datos nuevos sobre la empatia.

El estudio fue dirigido por el profesor Simon Baron-Cohen, director del Centro de Investigación del Autismo de la Universidad de Cambridge y por otros investigadores. El estudio reveló que nuestra empatía es en parte genética (específicamente una décima parte).

¿Qué es la empatía?

La empatía ocurre cuando la persona le da importancia a los sentimientos de otra persona, permitiéndole sentir que sus pensamientos y sentimientos han sido escuchados, reconocidos y respetados. El proceso empático tiene en cuenta dos componentes: la capacidad de reconocer lo que otra persona está pensando o sintiendo. De acuerdo a esto la persona debería responder con una emoción apropiada.

El primer componente se llama "empatía cognitiva" que corresponde al concepto de "teoría de la mente", mientras que el segundo se conoce como "empatía emocional".

Por lo general los dos componentes están equilibrados en el mismo individuo, sin embargo, en determinadas condiciones, un componente puede ser insuficiente (como en el caso de las personas con autismo que tienen dificultades con las habilidades cognitivas y empáticas)

Baron-Cohen hace unos quince años desarrolló "la Empatía Cociente" (EQ), un cuestionario que detecta ambos componentes de la empatía.

Según la puntuación de la prueba, puede distinguir entre empatía alta, media o baja. La idea básica es que todos nos encontramos en algún lugar dentro de un espectro de empatía (de mayor a menor), un espectro representado gráficamente de una curva de campana.

¿Cómo se llevo a cabo el estudio?

El estudio acerca del desarrollo de la empatía se llevó a cabo mediante la combinación de las puntuaciones obtenidas en el cuestionario sobre el cociente de empatía y los resultados genéticos de una muestra de saliva de los mismos individuos que habían tomado la prueba.

El estudio de 46.000 personas demostró que alrededor del 10% de las variaciones en los niveles de empatía medidos por el cuestionario para el cociente de empatía (EQ) puede explicarse por medio de factores genéticos, mientras que el 90% restante se refiere a factores no genéticos. Esto representa un descubrimiento importante en el papel que desempeña los genes en la empatía. Pero también es importante comprender la naturaleza de los factores no genéticos que justifican el otro 90%.

Otros datos

El análisis también confirmó que las mujeres, en promedio, son más empáticas que los hombres, una condición ya detectada por estudios previos. Sin embargo, no son por razones genéticas, sino probablemente por influencias debidas a factores hormonales prenatales, estilos educativos y presiones sociales diferentes de los hombres. Además, las variantes genéticas asociadas con una menor empatía se asocian con un mayor riesgo de desarrollar autismo.