Los Fósiles se encontraron en Colorado y se cree que tienen 250 millones de años. A través de su estudio, se ha revelado que los anfibios tenían más ancestros en su linaje de lo que los científicos originalmente pensaron. Los fósiles se encontraron en la década de 1990, pero un nuevo análisis con tecnología mejorada condujo a este sorprendente descubrimiento.
¿Quiénes son estos anfibios que existieron hace años?
Según el paleontólogo Adam Huttenlocker, estos anfibios son similares a las cecilias actuales. Los cecilios son carnívoros gusanos, que viven bajo tierra.
No tienen extremidades y pueden crecer hasta cinco pies de largo. El origen de las cecilias siempre ha sido un misterio. Sin embargo, al examinar más a fondo estos fósiles, parece que este misterio ha sido resuelto.
A medida que los anfibios se desarrollaron a lo largo de las generaciones, se cree que hubo una división genética con cecilias en un lado y anfibios con miembros como salamandras y sapos en el otro. Estos hallazgos revelan que la línea generacional de anfibios data de hace 315 millones de años. Este es un descubrimiento importante y ha llenado una misteriosa brecha por la que los científicos se han dejado perplejos durante años.
Otro descubrimiento confirma que las ranas y las salamandras descendieron del mismo ancestro
Según la revista Nature, se han encontrado fósiles que confirman este linaje dividido de ranas, salamandras y cecilias. Estos fósiles contienen un ancestro, que se parece más a la combinación de una rana y una salamandra. Esto prueba que la línea generacional caecilia se separó de los otros anfibios.
También sugiere que las ranas y las salamandras pueden haberse ramificado de las cecilias en un momento anterior al que los científicos ya habían previsto.
El paleontólogo Robert Carroll confirma que el animal recién descubierto muestra que las ranas y las salamandras están más relacionadas entre sí que las cecilias. Este nuevo descubrimiento fue llamado Gerobatrachus hottoni y se dice que se parece a una salamandra con orejas de sapo y una cola rechoncha.
El biólogo Jason Anderson ha explicado que estos fósiles son fundamentales para comprender el linaje de los anfibios.
Estos descubrimientos comparten un conocimiento previamente desconocido sobre el mundo natural y sus adaptaciones a lo largo de los años. Los científicos deben realizar más investigaciones sobre el asunto para tratar de rastrear el período en el que tuvo lugar esta separación de la especie anfibia. Estos fósiles demuestran vínculos hereditarios ya en la era Triásica hace más de 200 millones de años.