La cueva de Misliya, situada en el bíblico Monte Carmelo, a unos 12 kilómetros de la ciudad de Haifa, Israel, ha sido el hogar de un fragmento humano fósil de maxilar izquierdo, junto con sus dientes, durante un período comprendido de entre 177.00 y 194.000 años. Estos restos sugieren que el primer éxodo de la especie Homo Sapiens fuera de África se dio hace al menos 60.000 años, antes de lo documentado hasta el momento, y de esta forma, constatan que los mismos, son los fósiles humanos modernos más añejos identificados en un territorio no perteneciente a este continente.

María Martinón-Torres, directora del Cenieh, ha manifestado que estamos ante el descubrimiento de nuestra historia más temprana.

Hasta la fecha, solo en China y en el Corredor Levantino se habían descubierto los restos más antiguos fuera del continente africano y databan de entre 80.000 y 120.000 años.

El estudio ha sido liderado por Israel Hershkovitz, de la universidad de Tel Aviv, junto con otros prestigiosos científicos, investigadores y paleontólogos procedentes de diferentes instituciones de Europa, Asia, América y Oceanía. En la investigación han participado destacados perfiles del Museo de Evolución Humana (MEH), del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) y de la Universidad de Burgos (UBU).

Entre ellos se encontraba el paleontólogo Juan Luis Arsuaga, quién afirma que el hecho de haberse dado en Israel, en Palestina, zona bíblica por excelencia, le dará más peso al descubrimiento.

Para poder determinar si la especie a la que pertenecen los restos es Homo sapiens, se ha llevado a cabo topografía y microfotografía axial para estudiar la anatomía interna, así como cuantiosas mediciones clásicas antropológicas, tanto de los dientes como del maxilar.

El fósil ha podido ser descubierto, así como los restos arqueológicos enterrados en los sedimentos, gracias a la protección brindada por el colapso del techo de la cueva Misiliya hace unos 160.000 años. Los restos arqueológicos han evidenciado que los habitantes de dicha cueva eran cazadores de gatos persas, gacelas y unos, que dominaban el fuego y empleaban considerablemente las plantas, así como la elaboración de herramientas del Paleolítico medio temprano, gracias a técnicas semejantes a las documentadas en los primeros humanos modernos en África.

Monte Carmelo aparece en el Libro de Amós, durante el cual, el Dios del Antiguo Testamento brama contra los pescadores: "...si se esconden en la cumbre del Carmelo allí los buscaré y los agarraré".