Existe una famosa expresión popular que dice “antes de tomar una decisión, consulta con la almohada” y no porque la almohada, literalmente, vaya a escucharte ni vaya a resolver tu problema, sino más bien porque va a ser durante el proceso de sueño, asociado a estar tumbados en la cama con la cabeza apoyada en la almohada, cuando tal vez demos con la solución de lo que nos preocupa.

Personalidades en campo de la ciencia como Dmitri Mendeléyev, diseñador de la tabla periódica de los elementos o el médico Otto Loewi, quien aportó grandes avances en el campo de la neurociencia (ganador del premio Nobel de Medicina) o artistas de la talla de Mary Shelly o Robert Louis Stevenson, escritor de El extraño caso de doctor Jekyll y el señor Hyde, e incluso Beethoven o Paul McCartney confesaron que sus mayores inspiraciones se produjeron durante el proceso del sueño.

Gandhi explicaba que la inspiración para comenzar su protesta pacífica a favor de la independencia de la India partió justamente de parajes oníricos.

A día de hoy sigue siendo un misterio el por qué necesitamos dormir. Lo que sí sabemos es en qué consiste y qué efectos produce en nuestro organismo.

En el artículo “Primeros pasos para empezar a mejorar tu salud”, hablé de los cuatro pilares esenciales que debemos tener en cuenta a la hora de cuidarnos, y uno de los que mencioné, precisamente, fue el sueño.

El sueño es un estadio fisiológico recurrente de reposo del organismo, que se caracteriza por una inacción relativa, con ausencia de movimientos voluntarios y gran aumento del umbral de respuesta a estímulos externos, fácilmente reversible.

Cuando dormimos nuestro “yo” se haya entre la vigilia y la muerte, en un estado intermedio necesario para que nuestro cuerpo se restablezca. Se trata de un proceso activo del Cerebro, bastante complejo, que está controlado por distintos neurotransmisores. Está presente durante toda nuestra Vida, pero con características distintas a lo largo de la misma.

El ser humano durante muchos siglos ha sentido inquietud por estudiar este proceso tan especial y que precisamente interviene de forma muy importante en nuestra salud.

Numerosos estudios han llegado a determinar que durante el proceso de sueño atravesamos diferentes etapas o fases. En cada fase se producen reacciones distintas en nuestro cuerpo y tal vez la más importante sea la fase REM.

¿Por qué es importante alcanzar esta fase del sueño?

La fase REM también fue denominada por Jouvet, un prestigioso investigador del sueño, como “fase de sueño paradójico". Jouvet detectó que durante esta fase nuestro cuerpo regalaba una respuesta contradictoria: si bien se produce una atonía muscular característica del sueño profundo, por otro lado en esta fase se activa el sistema nervioso central, manteniéndonos en vigila y alerta. Este estado paradójico al que se somete nuestro cuerpo hace que sea durante esta fase cuando se presenten los sueños, sea en forma de narración, con un hilo argumental aunque sea absurdo, sea desde imágenes o sensaciones abstractas y aparentemente sin ningún sentido.

Durante la fase REM del sueño la actividad eléctrica cerebral es rápida, pero el tono muscular es nulo y esto es lo que impide que la persona dormida materialice sus vivencias o sensaciones oníricas de manera que evite hacerse daño.

Llegar a la fase REM del sueño es muy importante. El inconsciente vuelca y desahoga todo lo que va acumulando y reprime desde el estado consciente

Si durante las primeras fases nuestro organismo está volcado en recuperarse físicamente y en concentrar su energía en el sistema inmunológico para generar y madurar anticuerpos, en la fase REM ocurre algo difícilmente medible y registrable, pero realmente importante para el equilibrio de nuestra mente y de nuestras emociones.La fase REM del sueño es un misterio.

Qué ocurre y por qué ocurre, no hemos logrado averiguarlo, pero lo que sí sabemos es que si las cuatro primeras fases del sueño son imprescindibles para la recuperación física de nuestro organismo, esta quinta fase lo es para nuestras emociones.

Así que podemos considerar la fase REM del sueño como la responsable de esas inspiraciones que muchas veces nos llevan a resolver aquello que nos inquieta o nos conduce a descubrir ese algo que, de un modo inconsciente, andábamos buscando.