Florence Nightingale fue una Mujer que precedió a su leyenda como madre de la enfermería moderna del siglo XX. Pero dentro de esta leyenda se perdió mucho más, mucho más de lo que fue esta mujer y de lo que hizo para la sociedad y la medicina tal y como la conocemos.

Nacimiento e infancia

Nacida en 1820 y fallecida en Londres en 1919, Florence fue una dama nacida en el seno de una familia adinerada cuyo futuro iba a ser el de casarse y ser señora de su futuro hogar; segunda hija de la familia, tenía una hermana mayor, Pathernope Nightingale. Aunque cabe destacar que su padre, William Edward Nightingale, siempre fue un hombre progresista en relación a la educación de la mujer, por lo que inició a sus hijas de una manera diferente para lo que se deparaba en la época a la mujer.

A ambas hermanas se les enseñó, bajo el seguimiento personal del padre, latín, griego, historia, filosofía, matemáticas, lenguas modernas y música, conocimientos sólo enseñados a los varones primogénitos.

Se sabe que su abuelo materno, William Smith, había sido durante 46 años diputado y siempre en pos de la mejora social y proabolicinista de la esclavitud. Todos estos factores influenciarían en Florence para sus futuras hazañas y convicciones; pues siempre fue una aficionada al estudio a diferencia de su hermana, que era más dada al dibujo. En sus últimos años llegó a ser una gran ayuda para Benjamin Jowett en la traducción de "Los diálogos de Platón".

Comienzos

Nightingale era pues una mujer avanzada para la época y su sueño más deseado era poder ser útil más allá de lo que se quería para la mujer en aquella época.

Lo que poco se ha hablado de ella es que fue una gran educadora, siempre quiso ayudar a las gentes y niños huérfanos de las calles en su educación.

Una vez tomó la decisión enseñar fue en busca de su destino. En 1848 llegó a Londres, donde durante seis meses estuvo dando clases a los niños pobres o como ella los llamaba "sus ladronzuelos" en la Ragger School de Westminster.

Más tarde tuvo que dejarlo pues su familia no lo veía favorable para una señorita, dando mucho que hablar en la sociedad de Londres de aquel entonces.

Contra todo pronóstico, Florence, en contra de su familia, finalmente recibió formación de enfermera durante 1849 en Kaiserswerth; allí escribiría un libro llamado Nightingale, publicado en 1851.

Tras su paso por el hospital Lariboisière de París durante la década de 1853, llegó a barajar su teoría de los miasmas; donde iba llegando a la conclusión que la higiene tanto de los hospitales como de los pacientes era muy importante en su recuperación y en la propagación de enfermedades.

La importancia de su paso por Crimea

Uno de sus mayores logros fue su intervención en la Guerra de Crimea (1854); allí aumentó su popularidad y su poder en la toma de decisiones en los hospitales de campaña. Propuso un nuevo protocolo a la hora de la sanación y mantenimiento de los mismos. Máxima higiene en los recintos, curas variadas a los heridos e higiene en los pacientes enfermos. Para ella lo más importante eran sus pacientes, su vocación máxima su cuidado y bienestar.

De hecho, todas las noches recorría los 6 kilómetros de pasillos del hospital con su candil en mano; un soldado la recordaba besando cada noche la sombra de "La Dama del candil".

También vio las debilidades de los médicos y soldados cirujanos que iban a las campañas, no teniendo idea de anatomía apenas, consiguiendo que se hicieran unas salas improvisadas para dar clases de anatomía patológica a los mismos. Que coincidió con su investigación de la cantidad de muertes que se daban por las carencias de medios y conocimientos, que no concluiría hasta el final de la guerra allá por 1860. Su paso por Escutari (Turquía), le dio gran poder a Florence dadas las circunstancias de las mujeres en la sociedad.

El Fondo Nightingale y el Hogar Nightingale

Mientras ella se hallaba en la guerra, sus más arraigados seguidores fundaron en 1859 el Fondo Nightingale, con el que se querían recaudar fondos para los efectos médicos y de enfermería, además de crear la escuela Hogar Nightingale, para formar a enfermeras con la fórmula Nightingale, una doctrina alejada de la religión y con bases científicas en el cuidado de los pacientes; lo que hizo que levantaran muchas ampollas en ese aspecto pero que poco a poco fue viendo la luz. El candil fue el símbolo de la escuela que representaba a Florence Nightingale.

Pero durante esta época, Florence no sabía que existía y estuvo pendiente de los asuntos de Crimea durante muchos años después, y no fue hasta alrededor de 1860 que tomó partido activo en el Hogar.

Creando un cuerpo de enfermeras competentes que hizo que pronto hubiera escuelas Nightingale en todo el mundo siguiendo esta doctrina.

Ella siempre pensó y se frustró porque se vió, pese a todo, coartada en sus avances por ser mujer, pero lo cierto es que fue un hito para como se desarrollaría la enfermería en el futuro y el papel de las enfermeras en los hospitales.

Siempre decía: Educar no es enseñar al hombre a saber, sino a hacer. Y eso mismo es lo que ella creía, que los conocimientos sin saber llevarlos a la práctica no servían de nada. LLegó a dar grandes charlas en universidades varias expandiendo sus conocimientos a los jóvenes de entonces, bajo el ala de grandes médicos y profesores que formaron parte de su círculo de amigos como Benjamin Jowett.

Toda una vida

Como es sabido, Florence nunca llegó a casarse, dedicó su vida entera al estudio, enseñanza y a su profesión de enfermera. No se sabe si tuvo algún pretendiente, pero lo que sí se sabe que ella nunca tuvo la intención de casarse. Fue muy querida entre los suyos y recordada como una gran mujer dada a los demás con una voluntad de hierro.

En una ocasión, en los últimos años Benjamin, en una conferencia dijo las siguientes palabras: "Usted despertó sentimientos románticos a su vuelta de Crimea, hace 23 años. Pero ahora trabaja en silencio y nadie sabe cuantas vidas salvan sus enfermeras en los hospitales ni soldados". Pues en esos entonces ella se encontraba prácticamente prostrada en cama, pero siguiendo con sus labores y casi nadie lo tenía en cuenta, cosa que él pensaba a menudo.

En su honor se dispuso el día internacional de la enfermería el 12 de mayo, cumpleaños de la misma. Nightingale promovió el juramento que luego llevaría su nombre:

"Juro solemnemente ante Dios y en presencia de esta asamblea, llevar una vida digna y ejercer mi profesión honradamente.

Me abstendré de todo cuanto sea nocivo o dañino, y no tomaré ni suministraré cualquier sustancia o producto que sea perjudicial para la salud.

Haré todo lo que esté a mi alcance para elevar el nivel de la enfermería y consideraré como confidencial toda información que me sea revelada en el ejercicio de mi profesión, así como todos los asuntos familiares en mis pacientes.

Seré un fiel asistente de los médicos y dedicaré mi vida al bienestar de las personas confiadas a mi cuidado".

Conclusión final

Podemos decir que fue una gran mujer y un gran ejemplo para todas las mujeres del mundo, aunque hoy día casi se ha olvidado excepto para unos pocos, mientras haya alguien creyendo y recordándola, el candil de Nightingale, nos seguirá iluminando.

Creyó que le faltaton objetivos, pero creemos que ha sido toda una leyenda; si hoy viviera seguro que estaría orgullosísima de lo que consiguió para la mujer en la enfermería y en maternidad, incluyendo a hombres dentro de la profesión, cuando antes se consideraba labor de mujeres. Las que estamos destinadas a sucederla, de seguro que se lo agradecemos y no dejaremos que quede en el olvido.