Quizá muchos piensen que no es necesario un estudio para saber que somos una especie realmente violenta pero sí es útil para poner datos sobre la mesa y conocer las causas que provocan este comportamiento. La investigación llevada a cabo por un equipo bajo el liderazgo del científico José María Gómez ha demostrado que somos unas 6 veces más violentos que cualquier otro mamífero teniendo en cuenta la Violencia letal ejercida contra miembros de nuestra misma especie y comparándola con la que ejercen otros animales sobre sus semejantes. Los resultados son abrumadores y constatan que esta característica humana está relacionada en cierto punto con nuestra herencia evolutiva puesto que la gran mayoría de los primates nos acompañan como líderes en el ranking de violencia.

En esta comparación, los investigadores han puesto cifras concluyendo que la violencia ejercida dentro de la misma especie entre los mamíferos en general es de un 0.03% con los animales más territoriales como los más violentos, mientras que entre los humanos la violencia contra otros Homo sapiens alcanza el 2%.

La capacidad física e intelectual de los humanos juega un papel importante en nuestra violencia ya que contamos con las posibilidades de idear, crear y usar distintos tipos de armas que consiguen multiplicar el efecto de las agresiones cometidas. Por otra parte, encontramos el componente hormonal con una significativa presencia de la serotonina y la testosterona que, seguramente, esté íntimamente relacionada con otras de las causas enumeradas en el estudio como bases de la agresividad humana, el entorno social y el aprendizaje.

En relación con el comportamiento observado en otros primates se podría hacer una mención al carácter patriarcal de la gran mayoría de sociedades conformadas por humanos y por grandes simios, en este caso, la violencia hormonal se traduce en comportamientos posteriormente aprendidos por los miembros del grupo. En una sociedad de simios con sociedad matriarcal, los bonobos, las relaciones resultan ser más pacíficas y la violencia es sustituida por el sexo como herramienta para establecer una comunicación efectiva entre los individuos.