En el año 2007 y a los pocos días de asistir a una conferencia relacionada con el posible tratamiento del Cáncer, a partir de la aplicación de estimuladores eléctricos, Ernesto Mercado, ingeniero electricista, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México, observó una noche en sus labios la molesta aparición de un herpes. Debido a un fallo médico, tras una operación de oído, parte de su rostro se veía afectada por una semiparálisis, para lo cual venía utilizando un TENS (Estimulador Transcutáneo de los nervios), a fin de estimular los músculos dañados.
Para los que no lo conozcan, este pequeño y sencillo dispositivo, utilizado en la rehabilitación de problemas osteomusculares, tan solo lleva incorporada una pila de nueve voltios y dos terminales y produce una corriente eléctrica de dos miliamperios, cuya frecuencia puede regularse de 1 a 200 Hz. Aquella noche, Mercado decidió aplicar corriente sobre el incipiente herpes al que propinó 150 Hz durante diez minutos. Al día siguiente, la hinchazón había desaparecido y el herpes empezaba a cicatrizar. Esto llevó a Mercado a iniciar una investigación al respecto.
Más tarde, Mercado afirmó un éxito del 100% en la curación de distintos tipos de herpes, tanto en estados iniciales como muy avanzados.
El TENS se aplicó en herpes genitales, zolster y orales. Pero aún hay más. Si a la corriente eléctrica que emite el aparato se le añade calor, es aplicable en la infección de virus del papiloma humano, con resultados altamente positivos.
Está científicamente probado que, si aplicamos una corriente eléctrica apropiada a la resistencia y el tamaño de cualquier organismo vivo, entre los que se incluyen los microorganismos, no es posible que este siga sobreviviendo.
Cuatro años más tarde, M. Roohandeh y T. Bamdad, ambos, investigadores de la Universidad de Teherán, dan la razón a Mercado. En un artículo publicado en Clinical Laboratory, nos confirman: "La inactivación de virus herpes simplex tipo 1 y adenovirus de tipo 5 por la corriente eléctrica directa a un nivel biocompatible in vitro".
Una vez más, y gracias a Internet, podemos acceder a este tipo de información que, de otro modo, como estamos tristemente comprobando, se nos oculta. Los intereses siempre son los mismos: farmacéuticas con astronómicos ingresos a costa del sufrimiento de millones de personas y esto se debe denunciar una vez tras otra, aunque creo que nunca se les caerá la cara de vergüenza, porque carecen de ella. Lo extraño es que puedan dormir tranquilos. Pero, como decía mi abuela: "Arrieritos somos, y en el caminito nos encontraremos".